XII. 𝐋𝐀 𝐂𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃; 𝐇𝐀𝐒𝐓𝐀 𝐏𝐑𝐎𝐍𝐓𝐎, 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎𝐒...

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─Tsubasa... yo... yo fui quien te asesinó...

"Yo fui quien te asesinó".

Esas palabras retumbaban en la cabeza del azabache. La razón de por qué estaba ahí estuvo bajo sus narices todo este tiempo y recién ahora se dio cuenta.

Antes de que los tres pudieran reaccionar, ella siguió hablando:

─Sé que no recuerdas absolutamente nada de lo que pasó, así que te explicaré todo.

Tsubasa, Misaki y Wakabayashi tenían los ojos como dos platos enormes. Fue tanta la sorpresa que les generó esa confesión que no podían ni hablar. Pero para Tsubasa fue algo muy fuerte. Se suponía que ellos se conocían, pero... ¿por qué ella lo mató? ¿Cómo?

─Yo estaba enamorada de ti, y nunca te diste cuenta. Un día intenté confesarme, ¡y tú lo único que hiciste fue ignorarme e irte a jugar con tu estúpido balón!


─¡Tsubasa!─ gritó la pelirroja.

El nombrado driblaba con su balón en el patio.

─¡¿Qué?!─ le dijo sin prestarle atención.

─¿Podemos hablar los dos en privado?

─Bueno...

─¡Tsubasa!─ unos compañeros lo llamaron.

─Upps, me tengo que ir. ¡Luego me cuentas!─ se fue corriendo.

─Adiós...─ se fue frustrada.


─Pero nunca más me volviste a buscar para preguntarme lo que quería decirte. Sin embargo, eso no fue lo peor...


Un día estaban en el salón de clase. El profesor aún no había llegado. Todos los compañeros estaban en sus asuntos. Tsubasa miraba su balón de fútbol (que siempre lo llevaba). Sanae se levantó de su asiento y se acercó al de él.

Tsubasa la vio por el rabillo del ojo.

─Hola.

─Tsubasa, ¿te gustaría salir a algún lugar esta tarde? El parque, la heladería, el centro comercial...

─Oh, eso no me gusta mucho. Perdón, pero quedé de reunirme con unos chicos para practicar nuestros pases y tiros.

─Pero...

Tsubasa se puso de pie y cargó su balón con sus manos.

─¿Alguno le avisa al profesor que fui al baño?

─Sí, claro.

─Gracias─ se fue corriendo.

─¡Uuuuh! ¡El raro te ignoró, Sanae!

Toda la clase se rio.

─...─ Sanae no podía creerlo. Fue humillada en frente del salón por el amor de su vida.

─¿Qué creen que vaya a hacer en el baño con la pelota?

─¿Lo pondrá en el retrete para que haga caca también?─ preguntó uno en tono burlón, y toda la clase se rio.

Pero Sanae no emitió sonido alguno.

─Te haré ver que no me puedes dejar en ridículo frente a todos así nada más─ fue la única frase que iba a venía en su mente.


─Entonces un día al verte caminando solo, te seguí hasta un bosque. 


𝗟𝗔𝗧𝗜𝗗𝗢𝗦 𝗘𝗧𝗘𝗥𝗡𝗢𝗦 ❱ Capitán Tsubasa ✔Where stories live. Discover now