EL FARAON ATEM ©

Capítulo X.

-¿Keket estas bien?

Miro desorientada dónde me encuentro, estoy en el Museo. Acaso eso fue un sueño. No puede ser, es real, era... Demasiado real...

-¿Keket?-alguien pregunta.

Es Fred, lo miro desorientada.

-Keket, ¿estás bien?-dice ayudándome a pararme del suelo.

-Si... ¿qué paso?-pregunto al ver a mi primo Miles hablando por teléfono, mi padre está hablando con un policía. Miro mi ropa, todo está normal, las heridas también se fueron.

-Te has golpeado fuerte la cabeza, pronto estará la ambulancia aquí-dice Fred.

Me doy cuenta que realmente, fue solo un sueño.

Me abalanzo sobre Fred en un abrazó fuerte quien se sorprende de ello. Mi padre se acerca y me pregunta si estoy bien. Después de hablar con el policía y que me revisará un médico, regrese a casa.

-Buenas Noches-digo en baja voz a mi familia para subir a mi habitación.

Ya en mi cuarto, miro a lo lejos el Museo, no fue un sueño, fue real.

A la mañana siguiente le cuento todo a mi mejor amigo.

-Fue un sueño, el dolor de cabeza quizá-dice palmeando un poco mi espalda- Son vacaciones deberíamos ir a las plazas y comprar todo-dice esto último emocionado.

-No lo fue Fred-digo seria.

Fred suspira y se retira de mi habitación. Voy a ir a comprar un poco de ropa, eso siempre anima a las personas.

Camino por las calles exactamente por las que camine en mi sueño. Entro a una tienda de ropa egipcia, y compro las cosas, sé que voy a regresar con Atem, lo haré.

De regreso a mi casa, no encuentro a nadie, aprovecho para cambiarme de ropa y regresar a museo. Compro el boleto de turista y comienzo a rondar por los jeroglíficos de las paredes.

Me percato que lo que viví fue real, estoy dibujada al costado de Atem. Sonrió. Fue real.

-¿Le interesa?-pregunta una guía.

-Quisiera saber la historia de estos jeroglíficos-digo de lo más normal.

-Bueno, Atem es el Faraón, el que está aquí-dice mostrando el que esta sentado- y ella -dice señalando a la chica de alado- es Keket, era la prometida del Rey, no se sabe mucho de ella, pues dice la leyenda que desapareció de una noche que iba a ser anunciado oficialmente su matrimonio con el Faraón-hace una pausa y me mira- Te pareces a ella-dice divertida.

-Eso me han dicho-sonrió.

La guía se retira dejándome sola con la pared de jeroglíficos. Avanzó unos pasos a la derecha y veo los dibujos de un duelo de monstruos, es Atem contra Bakura.

Miro a todos lados y tocó la pared. Cierro los ojos.

La imagen de Atem peleando con Bakura se hace presente, Bakura ganará.

No permitiré eso.

Tengo que encontrar la forma de regresar, y solo hay una, tocando de nueva forma una pieza del milenio.

Camino hasta la puerta oculta y entro, no hay nadie para mi suerte, voy hacia la fogata de palos, pero esta vez no hay nada.

No puede ser.

Un ruido viene de afuera y me agacho para que nadie me pueda ver debajo de la fogata. Es un policía con un señor que parece ser astrólogo, veo su carpeta y así es.

-Dígame, ¿cuándo encontraron eso?-pregunta el de la bata blanca.

-Ayer, una chica entro sin autorización y encontró la pieza de oro-dice el policía.

Aquí no ha avanzado el tiempo. Las semanas que estuve en el palacio fue aquí un día, es increíble.

-Bien, gracias por su ayuda-dice el de la bata, el policía se retira.

Pero el astrólogo no, comienza a caminar por la habitación, mira a todos lados y se dirige a la fogata, yo aun sigo abajo de ella.

-Pieza del milenio, eh-dice en tono burlón. Saca la pieza del oro, es la Llave del milenio, pero él aunque la toque no le pasa nada. ¿Por qué a mi si? La coloca sobre la fogata y se retira.

Me facilita las cosas.

Me paró y miró la gran pieza de oro, vuelvo a escuchar ruidos que vienen hacia aquí, tomo la pieza del milenio y corro a otro lugar, si la activo ahora mi cuerpo estará ahí, mejor la activo en una habitación donde nadie sepa donde estoy.

Entró a una bodega que está abandonada.

No entiendo porque esta vez no pasó lo de la primera ocasión, algo está mal.