Epilogo

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Era Johana quién estaba en el piso en un charco de sangre mientras el señor Alex perdía por completo el conocimiento tras sus disparos.

Ored terminó de liberar a su... esposa y a los demás mientras Johana había abierto los ojos de repente y utilizaba sus últimas energías para burlarse y decir que toda la manda Lluvia desaparecería, no entendimos muy bien lo que quería decir pero eso sólo significaba una cosa: toda la manada estaba en peligro. Definitivamente hoy era el día de los descubrimientos y fuertes emociones.

Las emociones estaban a flor de piel y eran tantas que por unos breves segundos todos nos quedamos idiotizados sin saber que hacer o decir. Pero a pesar de todo y de mi estado de semiinconsciencia pude percibir como Ored me miraba con el más intenso dolor y arrepentimiento en la mirada mientras mis padres me abrazaban como si fuera un milagro y no tardé en corresponderles, aún estaba dolida con ellos pero los amaba irremediablemente.

De repente un mensaje sonó en la contestadora del teléfono y por fin pudimos entender el significado de las últimas palabras de Johana: la manada estaba siendo atacada. Mi padre y Ored se observaron por unos segundos mientras Nayla trataba de parar la hemorragia del señor Alex con la ayuda de Nasha. Era doloroso ver cómo a pesar de todo lo observaba con tanto amor y hacía todo lo posible por salvarlo.

Mi visión fue interrumpida cuando Ored se dispuso a ir corriendo a la manada pero mi padre lo frenó y le dijo que no iría sólo, fue sorprendente la mirada de agradecimiento que recibió en respuesta. Rápidamente se formó una cadena de asentimientos donde todos les informamos que iríamos con él, en mi estado no debería ir pero no dejaría de apoyarlo.

Así todos se transformaron para correr más rápido y en una carrera de muerte correr a la manada, yo iba sobre el lomo del lobo de mi padre, todos íbamos a defender la manada excepto Nayla quien junto a Dyla se dirigian al hospital más cercano con el señor Alex quién aún milagrosamente tenía pulso al contrario de Johana.

Nunca en mi vida había sido partícipe de una carrera tan aguerrida o veloz, estábamos corriendo tan rápido que solo se percibían nuestras sombras en pleno galope.

Al llegar el panorama que nos encontramos fue escalofriante, frente a nosotros estaban una especie de demonios que desconocía que existían, su aspecto era muy controversial y poco convencional, para empezar tenían 2 colas y 2 cabezas, un solo brazo y este del lado de la cadera derecha y finalmente 4 ojos, 2 en el rostro y 2 en la espalda.

Estos se sorprendieron un poco al vernos pero rápidamente se dispusieron a enfrentarnos, eran unos 20 en total pero nos llevaban ventaja sobre todo porque parecía que la manada estaba desierta, ¿dónde estarían los demás?, me preguntaba mientras luchábamos cuerpo a cuerpo con los demonios. Ored pateaba el trasero de los que tenía a su paso, mis padres por igual y yo a pesar de estar mareada hacía lo mío.

En un punto fui brutalmente lanzada contra un arbusto, mis padres parecían apunto de ser asesinados pero Ored mató a sus opositores y me ayudó a levantarme,y todos juntos continuamos con más ímpetu la feroz batalla.

En unos minutos que parecieron interminables y después de ser brutalmente heridos logramos vencerlos exceptuando cuyo aspecto era el más aterrador de todos, nos observaba con el odio relampagueando en sus ojos mientras susurraba unas palabras y para el auténtico horror de todos fuego empezó a consumir toda el lugar.

Todos nos quedamos estáticos de la impresión una vez más mientras dicho demonio posaba su mirada específicamente en mí y me apuntaba con una pistola, todo pasó tan deprisa que parecía mentira pero justo en el momento exacto en que me dirigía su disparo mi madre se colocó enfrente de mí, recibiendo en su cuerpo la bala de plata que era para mí y después.. todo se volvió borroso y confuso, todo me parecía como una especie de película de terror, una de las más macabras, vi como Ored acababa con la vida del demonio mientras mi padre abrazaba fuertemente a mi mamá y le rogaba con el alma que no nos dejara y ella solo nos miraba a los dos con todo el amor que había en ella, y que solo ella podía dar. Intenté decirle algo pero sentía como la inconsciencia me ganaba la batalla y como iba perdiendo el control de mí, así que solo le dije:

Causa y EfectoWhere stories live. Discover now