Capítulo 14¡La bofetada!

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Alpha Ored

Había metido la pata profundamente, como se me ocurrió decirle que siempre ha estado loca por mi, de seguro había sonado como un engreído pero a lo que me refería era que ya no había ningún impedimento entre nosotros dos, pero como siempre había utilizado las palabras incorrectas y en consecuencia ella había terminado alejada de mi una vez más, por la madre luna sera que en alguna ocasión podría recuperarla definitivamente.

Cuando me había dejado en el despacho algo en lo más profundo de mí se había removido y como consecuencia el resto del día no tuvo sentido alguno.

Al final del día fui al bosque para disfrutar de la naturaleza y ahí la vi, se veía más hermosa que nunca bajo la luz de la luna, me quedé como un tonto idiotiozado admirandola hasta que noté algo extraño había alguien más y tenía... una pistola, todo ocurrió tan rápido que sin pensarlo me coloqué enfrente de ella recibiendo en su lugar la bala de plata que había rozado mi brazo.

En un instante mi brazo se llenó de sangre y me sentí mareado, las balas de plata son letales para los licántropos, por lo cual aunque la herida solo me había rozado el brazo me había provocado grandes efectos.

¡Gracias a la madre luna logré salvarla!,vi sus ojos y estaban llenos de lágrimas y preocupación, movía sus labios hablándome pero era incapaz de entender nada de lo que me decía, pero pesar de todo el inmenso dolor que estaba padeciendo no pude evitar sonreír como un auténtico tonto al estar en sus brazos y ver su preocupación por mí,

- ¡Nos ha perdonado!, dijo mi lobo y esto fue lo último que escuché antes de que la oscuridad se apoderara por completo de mí.

Estaba a su lado en su cama velando su sueño, todos habían insistido en que regresara a la casa pero yo no estaba de acuerdo, me quedaría a su lado hasta que abriera sus ojos, él se había sacrificado por mí y todo este tiempo pensé que me había mentido que mi vida realmente no estaba en peligro y resultó que sí lo estaba.

Me siento como una tonta, todo este tiempo él me estuvo diciendo la verdad, ¿y si moría por mi culpa y nunca más volvía a ver su mirada?, por favor madre luna dame otra oportunidad rogué, mientras me quedaba dormida al lado de su cama sentada en un enorme y muy cómodo sillón.

Alpha Ored

Me estaba matando el mantenerme en una sola postura en mi misión de hacerme "el herido", cierto que al principio había sentido un dolor infernal pero en mi condición de hombre lobo y después de haber recibido la visita del médico estaba en perfecta condiciones sobre todo por ser alpha y recuperarme más rápido que los demás.

Pero ella se había preocupado tanto por mí y hasta logró convencer a sus padres y a toda mi familia de que la dejaran cuidándome que había disfrutado inmensamente verla exigiendo quedarse a mi lado, por eso me había aprovechado y todos al parecer se dieron cuenta menos ella y eso sólo encendió mi esperanza, la cual seguía viva y crecía a pasos agigantados dentro de mí.

Al día siguiente él por fin había abierto sus ojitos y yo había sentido mi corazón palpitar de la más pura alegría, estaba vivo y bien, lo abracé fuertemente y luego le agarré sus manos y ese sencillo gesto valió por mil palabras, de pronto con nuestras miradas de tontos enamorados todo se había resuelto y los malentendidos se habían aclarado entre nosotros sin necesidad de explicación alguna.

La puerta de su habitación había sido abierta y todos los demás habían entrado para contemplar nuestra escena, la escena más hermosa de dos lobos super enamorados.

Una semana después

Una semana ha pasado desde que Ored había abierto sus ojos y ambos habíamos hecho las paces.

Esta ha sido la semana más intrépida y maravillosa de mi vida.

Varios sucesos habían acontecido durante la misma para empezar mis padres me habían dado la mega regañiza de mi vida por haber ido al bosque en mitad de la noche arriesgando mi vida, lo más extraño fue que después me había abrazado tan fuerte como si nunca más tuvieran la oportunidad de hacerlo.

Y tanto ellos como Ored no dejaban de vigilarme ni siquiera para ir al baño, aunque las investigaciones para dar con el enemigo de Ored y con la persona que había intentado asesinarme eran intensas y meticulosas , no se había obtenido información alguna.

Nasha y yo habíamos hecho las paces y yo había intentando acercarme a Nayla pero siempre parecía ida, como si no fuera parte de este espacio.

Ored me había llevado a conocer a una bruja su nombre era Johana, era la primera bruja que conocía y su mirada era muy dulce y tranquila.

Tomó mis manos en cuanto Ored nos presentó y me dijo que era una chica muy fuerte, que tendría muchos retos que enfrentar pero que vencería todos. Luego me exhortó a defender y proteger mi relación de todos los obstáculos que se presentaran, según ella el enemigo de Ored trataría de volver a dañarnos.

Dejé mis pensamientos aún lado porque la familia de mi novio y esta vez el de verdad vendría a cenar, todos estaban casi seguros de que Ored y yo éramos mates, y yo más que esperarlo lo deseaba con cada fibra de mi corazón, moría por ser la pareja que la madre luna había designado para él, descubrí que en el fondo era mucho más tierno y amoroso de lo que pensaba.

Después de unos minutos todos estábamos en la mesa, mis padres se veían embelesados, el señor Alex miraba coquetamente a su esposa al parecer quería conquistarla y convertir su matrimonio en uno real, Nasha estaba sonriente porque su hermana mayor dentro de unos días vendría a vivir en la manada, Nayla bueno ella como siempre estaba ida con una mirada perdida mientras él me devoraba tiernamente con la mirada, ya no veía la hora del al fin tener mi transformación y ser marcada, él pareció leer mis pensamientos en mis facciones porque una tremenda sonrisa sexy curvo sus labios provocando que un fuerte sonrojo se apoderara de todo mi rostro, afortunadamente todos estaban enfocados en otra cosa y no se dieron cuenta.

La velada estaba transcurriendo con total normalidad hasta que en un punto de la misma Nayla se había levantado en automático, colocado en frente de su madre, la había mirado intensamente por unos segundos para después soltar tremenda bofetada mientras la estupefacción se apoderaba de todos los presentes y yo no paraba de pensar que la mudita de mi cuñada nos había dejado con la boca abierta a todos, la pregunta era ¿por qué lo había hecho?

Causa y EfectoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu