Capítulo 19 Temor

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Venus

Una semana, mi cachorra llevaba en el calabozo una semana y por más que Cesferes y yo le hemos implorado al alpha que nos permitiera verla, este sencillamente nos había observado con la mirada más fría que podía existir y que mis ojos habían visto en toda mi vida.

¡Presa!, mi pequeña estaba en el calabozo y lo peor es que no podíamos hacer nada por ella, todo la acusaba, aunque estaba más que segura de que era inocente, ¿pero cómo lo demostraríamos?.

Gruesas lágrimas rodaron por mis mejillas al tener la dolorosa certeza de que moriría, nadie dañaba a un miembro de la familia del alpha y vivía para contarlo y ante los ojos de todos ella no sólo había dañado a un miembro cualquiera había asesinado nada más y nada menos que a la madre del alpha.

Mi corazón no soportaría perder a otra cachorra, no soportaría perder a nadie más,no, después de la partida de mi Meg, me había prometido a mi misma que protegería a Nathali como no pude hacerlo con Meg, por había tomado una decisión buscaría la ayuda de alguien que juré nunca volvería a ver a los ojos....el padre de Nathali.

Cesferes

El alpha estaba muy dolido, el odio y la rabia lo carcomía por completo,cierto todo apuntaba que mi cachorra era culpable, pero por la madre luna, era más que obvio que había sido víctima de una trampa, si tan solo me hubiera me hubiera hecho caso, pero no, y ahora todos pagabamos las consecuencias, porque nos gustara o no, no podíamos hacer nada en contra del alpha.

Me partía el alma ver el estado de mi Venus, esta situación rememoraba todo lo que vivimos con nuestra Meg, debía salvarla es sólo que en lo más profundo de mí sabía perfectamente que mi cachorra tenía sus días contados, de hecho sabía que era puro milagro que siguiera con vida ni siquiera la posibilidad de que fuera mate del alpha la salvaría.

Abrí los ojos lentamente y sentía que todo me daba vueltas, estaba muy débil, sentía como si tuviera agujas clavadas en la espalda, como si tuviera hierro en fuego quedándome y entonces lo recordé todo él.... me había azotado como si fuera su deporte favorito, como si la vida de su manada dependiera de ello, y entonces el dolor físico que padecía se convirtió en nada comparado con todo lo que estaba sintiendo mi alma, él que días atrás había prometido amarme y protegerme era el mismo que planeaba asesinarme pero hacerme sufrir cruelmente antes de hacerlo.

Deseaba gritar, patalear, proclamar mi inocencia pero ni siquiera tenía fuerzas para ello, un dolor agudo y un miedo intenso se instaló en mi corazón al pensar que definitivamente moriría con todos mis sueños y anhelos por cumplir y a manos de la persona que más amaba.

Lo que más me dolía y lastimaba era todo el dolor que estaba padeciendo mi alma, ¿cómo pudo azotarme como si fuera un animal?, la humillación y la decepción que sentía mi alma no se podía comparar al físico, pues este último no era nada en similitud con la profunda herida que sentía todo mi ser.

¿Cómo dudaba de mí si se supone que me amaba? ¿Podría perdonarlo cuando descubriera la verdad?, y lo más importante¿Llegaría a descubrirla a tiempo o ya estaría muerta?, nunca en toda mi vida un dolor tan intenso ni tantas dudas habían azotado mi alma.

Estaba concentrada en mis pensamientos cuando de repente Nayla habló y con suma dificultad la vi entrar a mi celda para observarme con una mirada llena de pena y arrepentimiento, intenté preguntarle porque lo había hecho lo que hizo, porque mintió condenandome en el proceso pero de mis labios sólo salieron alaridos débiles, no sólo llevaba una semana sin comer prácticamente más que migajas sino que los azotes habían mermado por completo la poca energía así que sólo vi cómo se iba con un gran pesar en el rostro.

Dyla

No podía terminar de creer mi buena suerte, ja, Nathali estaba presa, ya no era la pequeña novia de Ored y eso me favorecía enormemente, desde que lo conocí siempre me interesó pero nunca me hizo caso, primero fue la insípida de Ava y luego esa niñata a quienes todos defendían y admiraban.

La pequeña rebelde que le había puesto los cuernos al alpha y asesinado a su madre, aunque no me dejaba de preguntar ¿qué tanto sería cierto? , porque muy a mi pesar la insípida tenía una vibra de buena gente.

En realidad no me importaba si era inocente o no, estaba dandole todo mi apoyo a Ored, después de todo ahora no solo era huérfano sino también soltero y tenía el plan perfecto para que cambiara de este último estatus rápidamente.

Alpha Ored

Alex estaba frente a mí e insistía que debía haber un error, que era imposible que Nathali fuera la asesina, que debía ser una muy terrible equivocación y eso no hizo más que enfurecerme, acaso era ciego, todas las pruebas la señalaban a ella y además y más importante Nayla lo había visto todo.

Estaba más que agradecido con él y siempre había considerado sus consejos pero tenía un corazón demasiado blando y siempre buscaba ver el lado bueno de las cosas, su dolor era similar al mío tanto que se podía ver en sus ojos y aun así buscaba liberar a Nathali porque en el fondo él sabía lo que yo quería ignorar, la verdadera razón por la cual no la había asesinado aún y por la cual sentía que me arrancaban el alma cada vez que bajaba y la veía tan débil, derrotada pero ella había asesinado a mi madre, ¡mi madre!, sin importar si fuera mi mate o no no podría bajo ningún concepto dejarla sin castigo.

Alex seguía argumentado a su favor por lo que por primera vez en mi vida tuve que gritarle :

_¡Basta, soy el alpha,yo tomo las decisiones y todos inclusive tú deben obedecerme!, vi su rostro visiblemente sorprendido ante mis palabras, pero continúe

_¡Todo la acusa, ella mató a mi madre, a tú esposa, además Nayla la vio, ¿acaso crees que mintió?

_¡No, pero tal vez!

_¿Tal vez que?, añadí y acto seguido llamé a Nayla, al parecer él necesitaba escuchar su versión nuevamente.

Nayla entró con la cabeza gacha y la confusión instalada en su rostro, sin perder tiempo le exigi que contara de nuevo como la vio..a ella dispararle a nuestra madre una bala de plata acabando así con su vida, un remolino emociones pasó por su rostro al escuchar mi orden mientras Alex la observada con una evidente esperanza en el rostro de que dijera que todo fue error, pero cuando mi hermana abrió su boca para hablar, un fuerte sollozo escapó de sus labios mientras negaba con su cabeza y entonces lo supe....el más profundo temor se había apoderado por completo de mí.

¡Los leo!

No se olviden de marcar la estrellita.

Causa y EfectoWhere stories live. Discover now