Cualquiera puede creer que la vida de las porristas universitarias solo se trata de las piruetas, los chismes y los ligues, incluso pueden pensar que tienen todo a la mano. Son amantes de los placeres de la vida y las reinas de la fiesta. Eso no va...
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BARCO PARA DOS:
Di a qué te refieres, dime que tengo razón y deja al sol llover sobre mí. Dame una señal, te quiero creer. Woah, Mona Lisa, tienes garantizado dirigir esta ciudad. Woah, Mona Lisa, pagaría por verte el ceño fruncir.
AIDEN
—¿Aiden? ¿Todo en orden?
La voz de Luna llamándome hizo que mirara a los lados en repetidas ocasiones de forma inmediata. Esta tenía una mirada confundida en el rostro, mientras se acercaba a una distancia prudente hacia el lugar donde me había encontrado discutiendo con Amanda.
Con rapidez logré disimular mi expresión enfurecida a un ademán tranquilo para que mis gestos no despertaran su atención y levantaran alguna sospecha de lo que estaba ocurriendo entre nosotros, a pesar de que por dentro me estuviera hirviendo la sangre.
La expresión de Amanda también cambió a una sonrisa fingida que para cualquiera hubiese parecido cortes. Era una buena actriz, de esa misma forma había engañado a la horrenda madre de Kira para entrar a su casa, podía engañar a la inocente persona que estaba a su alrededor.
A Luna le asentí con la cabeza, pero esta en vez de irse, al ver que me encontraba ocupado, solo se acercó más. Si había visto o escuchado toda la escena iba a estar jodido.
Me aclaré la garganta y le devolví la sonrisa a Amanda, quien no se movía del lugar, haciéndome preocupar por el hecho de que Kira apareciera. Amanda y Luna no eran una buena combinación si de Kira se tratase, menos juntas y estando cercanas por obvias razones.
—¿No se iba ya, señora? —intervine de repente, dirigiéndome hacia Amanda, quien inmediatamente reaccionó retrocediendo un par de pasos ante mi tono un poco más grave de lo normal.
—Sí, no quiero ser una molestia —se limitó a responder la mujer, haciendo una pausa para esbozar una sonrisa cargada de arrogancia y luego continuar—: Igualmente, saludos a tu tío, Red. Nos veremos pronto.
La vi girarse sobre sus talones y comenzar a caminar sobre el pavimento. Daba pasos lentos pero decididos, mientras se detenía de vez en cuando y se inclinaba, simulando arreglar las tiras de sus zapatos. Luna, quien miraba de forma desconcertada la situación, no me habló, en cambio solo pudo permanecer callada, viéndome fijamente al rostro.
Los murmullos de voces femeninas a nuestro alrededor se hicieron presentes, inquietándome, ya que estas avisaban que Kira estaba a punto de salir y que Amanda no terminaba de irse, tentando a su suerte y provocando en mí una mala reacción.
Luna se me acercó un poco más, sin borrar la sonrisa de su rostro; parecía que quería hablar o que tenía algo para decir, pero yo, en vez de participar, solo pude correr hacia el grupo de chicas que por la puerta comenzaban a salir.
