Capítulo 15

4.1K 363 91
                                    

LA CREACIÓN DE ADÁN: NOCHE DEL CUMPLEAÑOS QUINCE DE KIRA

Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.

LA CREACIÓN DE ADÁN: NOCHE DEL CUMPLEAÑOS QUINCE DE KIRA. 

Espejo en la pared, de todos mis triunfos y fracasos tú fuiste mi único amigo. Tú me dijiste que ellos no podrían entender el hombre que soy, ¿entonces por qué estamos aquí? Hablando el uno al otro de nuevo. 


La muerte no es la mayor pérdida en la vida. La mayor pérdida, es lo que muere en nosotros mientras vivimos, pero el día en que realmente lo conocí no solo murió algo en mí, también vi morir a alguien más.

No somos inmunes a la muerte; todos somos animales, solo que unos nacen para cazar y otros nacen para ser cazados.

Por eso debí haberlo escuchado esa noche, tal vez si lo hubiese hecho las cosas no hubiesen terminado como lo hicieron.

Mis recuerdos del aquel entonces no son para nada vagos, ojalá lo fuesen, en cambio estaban claros, grabados en mi mente como si hubiera sido ayer... incluso podía olerlos, escucharlos y sentir aquello que había visto cuando pensaba en que iba a morir.

La noche de mi cumpleaños me encontraba en casa de Aiden, lo había seguido de la escuela simplemente como un capricho adolescente y porque necesitaba desesperadamente más de su atención.

Si me remontaba a aquel momento casi podía sentir el frío suelo enviando escalofríos por mi columna vertebral y el olor del hierro rancio flotando en el ambiente. Intenté levantarme de aquella superficie, pero no pude; ya mi cuerpo no tenía energía para continuar y todo por el impacto de lo que estaba ante mis ojos.

No sé decirles con certeza lo que sucedía, solo supe que cuando intenté ponerme de pie, no pude hacerlo.

Estaba sumida por completo ese constante estado de shock en el que vivía, y que sin saberlo se convertiría en mi pan de cada día por el resto de mis días; en donde mis neuronas por primera vez habían dejado de funcionar, para congelarme en el acto y así no poder reaccionar.

Quién lo diría, en vez de asustarme solo pude sentirme intrigada.

No era estúpida y muy en el fondo sabía que estaba a punto de entrar a un camino con un aviso de no retorno; un lugar con entrada, pero sin salida, la cárcel de tu propia mente.

En ese instante, y una vez que fui consciente del peligro de la situación, llevé mi mano contra mi boca para así evitar soltar algún sollozo ahogado que les advirtiera de mi presencia. En todo caso, la música podía camuflar cualquier maldición o sonido que brotara por mi garganta.

Me lamí los labios, que ya para ese punto se encontraban secos y agrietados, al tiempo que con detenimiento miré a mí alrededor; era casi como si estuviese buscando una escapatoria, aunque supiera en realidad que por más que lo intentara no encontraría ninguna.

Mátame Sanamente Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt