Conociendo nuevas facetas

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Definitivamente no se esperaban lo que sucedió a continuación.

Todo iba "bien" cuando cortaron la comunicación con Lucas y decidieron quedarse ocultos a esperar los refuerzos. Sin embargo, a medida que esperaban, notaron que sus compañeros se tardaban más de lo acordado.

Ustedes se estarán preguntando cómo midieron el tiempo y, en realidad, la respuesta era bastante simple: el aparato comunicador de Chris decía la hora. El pelirrojo sólo debía decir "¿Qué hora es?" y el brazalete proyectaría la imagen de un objeto circular con agujas que se movían, Allard recuerda que el muchacho lo llamó reloj.

De todas formas, a la quinta vez que el mago revisó la hora, el azabache supo que sus compañeros estaban demorados, lo cual, no mentiría, le preocupó. Sólo imaginar que esos "contagiados" marcharían a pueblos cercanos le hacía sentir escalofríos, sería su fin si La Unidad conseguía un ejército de tal magnitud y que, además, seguiría aumentando.

- Se están tardando mucho, ¿No?- buscó romper el hielo Chris.

- Sí- respondió cortante.

Lo vio mirar a los lados por inspiración, en serio lo sentía por él, en el pasado probablemente habrían conversado hasta de las cosas más absurdas, pero, ahora, no estaba de humor.

Curiosamente, la mirada del otro se iluminó.

- Parece que le agrada- Allard se giró a ver a lo que se refería, entendiendo al instante: Aries y el caballo jugando.

Hacía un tiempo que no veía a su dragona jugar con otra montura que no sea Rori, pero se alegró profundamente. Justo entonces recordó que no sabía el nombre de la montura del pelirrojo, 'Qué vergüenza' se dijo para sus adentros '¿Quedaré muy desubicado si le pregunto el nombre?'

- Zuzu, no seas molesto- escuchó al joven regañar al caballo.

'¿Zuzu?'

- ¿Qué clase de nombre es Zuzu?- preguntó el heredero de Ignis divertido, el mago se mostró sorprendido al notar que él iniciaba la conversación.

- En realidad, es su apodo, se llama Azúcar- no se aguantó y comenzó a reír, algo que volvió a sorprender a su acompañante-. ¡No se ría! Se llama así porque es su comida favorita.

- ¿Quién nombra a su mascota como comida?- siguió bromeando-. Es lo mismo que a una niña la nombren pasta.

- ¡No es lo mismo! Si usted viese su desesperación por un cubo de azúcar entendería- ¿Se supone que debía tomar eso seriamente?

No dejó de reír hasta que sintió cómo le faltaba el aire, pero, aún así, no paró, eran de ese tipo de risas en las que uno sabe que hace mucho que no ríe, llegando al punto que se queda sin aliento y no puede respirar porque no puede parar de reír. Una risa sincera, de las que sólo se ve en niños, bueno, exactamente esa era la que estaba padeciendo Allard.

- Eres...- le estaba costando recuperarse-. Increíble... Gracias Chris- le agradeció sincero.

- ¿No hay de qué...?- una clara expresión de confusión adornaba el rostro del antes mencionado.

Desgraciadamente, todo momento de felicidad ha de llegar a su fin, para luego ser reemplazado por amargura.

Súbitamente, todo se volvió silencioso, a tal punto que las monturas se acercaron a sus dueños, como si intuyesen que algo malo estaba a punto de suceder. Miraron por todos lados, encontrándose con que el movimiento en el pueblo había cesado, el cual no era mucho, pero marcaba la diferencia en el ambiente.

Intercambiaron miradas, el azabache estaba decidido a acercarse a ver qué sucedía, importándole un comino los refuerzos. Sin embargo, entendió que su opinión no era compartida, puesto que el pelirrojo se veía aterrado, no parecía estar dispuesto a acercarse, es más, era notorio que lo único que le importaba en aquel momento era poner la mayor distancia entre él y el pueblo.

Desde las cenizasWhere stories live. Discover now