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—¡Bruno!, vine por ti, salí temprano de trabajar así que creí que sería buena idea.

—¿Buena idea? Estoy en secundaria deberías dejar que me vaya solo...—soltó él pero se le veía nervioso.

—¿Por qué? Quiero venir por ti.—luego me miró confundida—¿Sigues aquí?

Abrí la boca soprendido. ¡Ella era muy grosera!, primero me dijo psicopata y después está corriéndome. Claro que sigo aquí, necesito irme con Bruno a tu casa.

—Él es mi maestro.

—¿Eh?—dijimos los dos al ultrasonido.

—Sí, lo qué pasa es que la otra vez a mi maestro lo habían drogado, no quise decirte que era mi maestro porque le daría vergüenza, pero como ves ahora está bien bañado y peinado.

—¿!TÚ MAESTRO!?—después se giró hacia un lado cerrando los ojos—¿Es enserio Bruno?—el asintió con la cabeza y ella le pegó levemente en ella—¡Debiste decirme!—me miró con pena como si no quisiera cruzarse con mis ojos—Perdón por llamarlo así, no sabía que era maestro de Bruno y menos que había pasado por esas circunstancias, debió ser difícil, una disculpa y espero trate bien a mi hermano, la verdad es que nosotros nos hemos preocupado mucho por usted aunque claro no sabía qué era su maestro.

¿Preocuparse por mi? Pensé.

Si claro si lo único que hizo fue quejarse con su mamá, bien se escuchó hasta arriba.

Ay no ese psicopata tenía cara de miedo, y no me dejaba mamá, tuve que invitarle a comer con su tarjeta porque no tenía dinero.

¿Donde estará ese psicopata? ¿Será de esta ciudad? Dan dijo que acosaba mujeres, mm si tiene cara.

Ósea, entendía que las condiciones en las que nos conocimos no fueron las mejores pero no es para que me juzgue, qué superficial es.

Odio a esas personas.

—Está bien—fue lo único que pronuncie aunque Bruno se veía aún preocupado. La verdad es que lucía bien ya que en el trabajo me dieron otra ropa y fue la que ensucié.

Un silencio incómodo se formó. ¡Lo entendí!, ¿cómo iba a entrar en su casa? ¡Por eso él tenía miedo!

—Bueno, nos vamos.—dijo ella despidiéndose con vergüenza.

Pensé. ¿Ahora que hago?

—Maestro, ¿no vive usted...por nuestra casa?

La pregunta del humano me confundió y después entendí la referencia. Su hermana parecía querer huir de mí pero aún así logramos irnos todos juntos. Al finalizar ella solo quería entrar en su casa pero su hermano le interrumpió.

—Deberías invitarlo a comer, a casa.—insistió.

Ella sonrió incómoda.

—Sigue siendo un extraño para mí.—le susurró pero alcancé a oír.

—Pero para mí no, además, piensa en cómo lo trataste, debió ser duro para él.

—¡Pero también lo rescate! ¡Lo saque de ahí!

—¡Míralo! Pobrecito mi maestro, mínimo se merece una comida.

¿Saben?, sentí una sensación extraña, sabía que la intención de Bruno era meterme a la casa pero Luna no quería, al fin de cuentas lo entendí, realmente era un extraño y ellos estaban solos, es obvio que no quiera meter a un desconocido a su casa. Así que me provocaba ganas de salir corriendo y evitar esta penosa situación.

El mounstro que se enamoró de la humana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora