-9-

338 55 5
                                    

4 días evitando a toda costa a Luna, Bruno sospecha algo ya que tuve que pedirle que le dijera que estoy enfermo o algo así. Él me ayudó pero desde entonces ella  no ha dejado de mandarme mensajes pidiendo mi ubicación para poder así visitarme. Los cuales e ignorado, a decir verdad no se porque huyo, normalmente no lo haría pero...de pensar en la última vez me hace ponerme nervioso nuevamente.

¡Solo tengo 114 años!, ¡yo no estoy preparado para esas cosas de amor y besos! ¡Menos con humanos!

Es por eso que huyó escondiéndome en el parque por toda la tarde, Bruno no viene porque menciona que Luna insiste en acompañarlo, el primer día si le pedí al humano que viniera pero cuando vi que ella lo siguió me fui antes de que pudiesen llegar. Ahora solo me quedo a reflexionar todo lo malo de la vida y a pensar cosas absurdas como:

¿Quién fue el primer humano en contar el tiempo? ¿Por qué en este parque hay columpios pero no mas mounstros? ¿Por qué tienen que trabajar los humanos para obtener cosas? ¿Por qué Luna quería besarme? ¿Por qué me pregunto si lo había hecho antes? ¿Por qué se molesto cuando la empuje? ¿Por qué...?

¿Por qué me importa tanto?

No entiendo, es una sensación que sobrepasa mis límites como mounstro.

—¿Por qué estás aquí?

—¡AHH!—dije sobresaltandome al ver al policía aquí.—¿Dan?

—No, no dan.—dijo sonriendo pero no entendí—Es un chiste.

—Ah...

¿Se supone que deba reírme?

—En fin, Luna dijo que estabas enfermo, pero no luces muy enfermo.

—Solo estoy sentado en un columpio, ¿cómo sabes si estoy o no enfermo?

—Buen punto pero...si estás enfermo entonces ¿por qué estás aquí?

—¿Hay algún problema? Más bien, ¿tú qué haces aquí?

—Voy a ver a Luna, su mamá no está y Bruno está dormido así que...

Abrí los ojos asustando. ¿Qué harían entonces? ¿Quizá...ella también le mostraría estrellas en su habitación? O ...lo abrazará sin soltarlo mientras sus narices chocan y sus labios casi...

—¡IRÉ CONTIGO!—mencioné levantándome.

—Pensé que estabas enfermo.

—Lo estoy, pero Luna debe estar preocupada, además, ¿por qué vas si sabes que solo estarán ustedes dos?

El achicó los ojos y después sonrió.

—A Luna le da miedo estar sola, una vez entraron a robar cuando era pequeña, siempre teme que vuelva a suceder. Por eso voy.

Nos quedamos en silencio un rato. Él parecía sincero por la manera en que hablaba pero...no me convencía.

—Ay si ajá.

—¿Qué más podríamos hacer?

—Sabes qué hay más cosas por hacer.

—¿Eh?

—Luna...¿te ha llevado a su habitación? ¿Ha apagado las luces o te ha intentado besar?

—Emm...

—¡No me contestes!, me quedaré con la duda, mejor vámonos de una vez.

—Dereck, yo creo que tú te confundes, realmente solo somos amigos.

El mounstro que se enamoró de la humana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora