Capítulo 12 - Casa Abyss

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—Creí que los había bloqueado a todos. —Espeto molesto.

Jungkook sonrió con más ganas. —No lo hiciste conmigo.

—A ti no te bloquee porque pensé que estabas demasiado ebrio para mirar el perfil de las demás personas. —Jin fue incapaz de mantener su risa y la dejó fluir.

Jungkook rio también y después de que sus risas le dieran la bienvenida a la nueva casa, se abrazaron. Seokjin suspiro y apoyó su mandíbula en el hombro de Kookie, propinándole leves palmadas en la espalda. —¿Como lo llevas hombre?

—Grueso, gracias. —Se burló y se alejó con suavidad, evaluando su aspecto con una sonrisa. —Así que tu plan era mudarte y ser el exhibicionista de las damas que llegaron aquí cuando tu madre nació.

Seokjin negó con una carcajada y luego vió los chupetones en el cuello de Jungkook. —Si tuviste una aventura de media noche, espero que al menos te hayas bañado antes de venir y envidiar mi suerte, rodeado de tan guapas señoras.

—Pues no estaba nada mal y adoro mi pene, por si querías saber.

—Seguro le gustó, pervertido.

—Eso dijo tu papá.

—¡Te daré una paliza!, ya quisieras estar con el Adonis de mi padre. —Jin sonrió y alborotando cariñosamente el cabello de Jungkook después de haberle quitado el sombrero, preguntó. —¿Así que me viste venir a una casa que podría caerse sobre mi en la noche y decidiste seguirme?

Jungkook bajo la cabeza unos instantes, sus dedos apretandose en las correas de su enorme mochila. —Yo... Solo me sentía solo. Yoongi no me respondió las llamadas, parece que esta muy triste.

—Debe estar muy afectado, le habría escrito pero últimamente he estado muy ocupado con la mudanza, lo siento.

—Te entiendo, yo no quise escribirle a Namjoon porque estoy enojado con él, aunque eso es hipócrita de mi parte porque yo estuve estancado con Yugyeom.

—¿Y Jimin? Él es el único que no se ha divorciado, tal vez lo lleva mejor. ¿Hablaste con él? —Seokjin movió su mano en un saludo cuando una vecina cerca a los 70 años sonrió y se acercó.

—Jin, he traído las fresas de la cosecha como regalo de bienvenida. —La anciana apretó sus manos complacida. —Espero que te quedes aquí mucho tiempo.

—¡No te atrevas a serme infiel después de 50 años de matrimonio! —Gritó un anciano desde el porche de la casa vecina.

La señora ignoró a su esposo y observó a Jungkook con curiosidad, sonriendo al ver sus manos tatuadas. —Curioso arte, muy bonito. Siempre quise marcar mi piel pero no se me permitía.

Jungkook sonrió ampliamente.—Soy tatuador, parece que me quedaré por aquí un tiempo y quiero abrir un negocio. ¿Que dice si le ofrezco hacerle un tatuaje sin ningún costo?

Los ojos de la mujer se ampliaron y sonrió emocionada. —¡Estaré encantada! Me llamó Hyo-ri, soy la vecina de Seokjin. Te daré tantas fresas como pueda. —Asintió contenta y se alejó, moviendo su mano en despedida.

—Adiós Hyo-ri.—Jin lo miró.—Así que... Te vas a quedar una temporada. —Jin sonrió con burla y Jungkook empujó su mejilla con su lengua. —¿Puedo saber en donde?

—Respondiendo a la pregunta que hiciste antes de que llegará tu vecina, Jimin y yo no somos cercanos además debe estar muy triste por Yoongi. Joder todos nos conocemos hace una maldita semana pero pensé que teníamos una conexión, algo que nos unía, lo que quiero decir es que...

Hotel para Divorciados - NamjinWhere stories live. Discover now