Capítulo 11

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- ¿A dónde me llevaras Finn?

- ¿Qué te gustaría ver o conocer?

- A cualquier lugar menos en donde esta el Rey Helado... ¿Acaso esta lo opuesto?- Dije con curiosidad- ¿Hay uno de puro fuego?

- Am...- Su cara cambio a una de preocupación- Si hay... pero hay mucho peligro, empezando porque es de fuego y lava jaja no quiero que te lastimes ¿sabes?.

- Vamos, aunque sea nos quedamos en la entrada y ya no nos adentramos, ¿sí?. - Lo vi con ojos de perrito.

- Bueno... si solamente vamos a estar poco tiempo...- Me sonrió.

- Gracias.- Lo abrace.

- Deja primero voy por algo que nos va ayudar, es como un traje. No tardo nada.- Lo solté y él me vio a los ojos para regalarme otra sonrisa, luego se fue.

 Me senté en el sillón que estaba al lado de la cama, pero sentí algo en el trasero. Me levanté para ver que era y era el libro de cocina que había visto en cuanto me desperté. Lo tomé y volví a sentarme. Al abrirlo vi que habían marcas en algunas páginas, que eran recetas que se veían muy buenas. Dejé el libro y volví a la cama, me acosté y vi el techo, hecho de dulce rosa. Me paré en la cama y rasgue un poco con mi dedo. Salió un poco de dulce y lo comí, sabía muy rico. 

Volví a acostarme y después de 10 minutos volvió Finn.

- Listo, traje esto. -Me extendió la mano y me dio una piedra.- Guardala bien, no la vamos a poner antes de entrar, ¿si?.

- Esta bien.- Le sonreí. 

- Bueno, vamos.- Me tomó de la mano y salimos del cuarto. -Ay no, espera.- Se regreso y tomó el libro de cocina y lo guardo.- Ahora sí, vámonos. 

Finn se asomo al pasillo para ver que no hubiera nadie, y al parecer no lo había. Avanzamos a la izquierda, con mucho cuidado, estaba todo despejado. Seguimos caminando lento, pero de repente escuchamos pasos, y la voz de la Dulce Princesa. Entramos en pánico y no sabíamos donde escondernos, fuimos a la primera puerta que vimos, que era  la de intendencia, entramos sin dudarlo. El espacio era muy reducido, entré yo primero y luego él para cerrar la puerta rápido. 

- ¿Entonces Finn sigue esperando a _______?- Dijo la Dulce Princesa 

- Sip, se ha quedado a dormir para cuidarla estas ultimas semanas.

- Apuesto a que le gusta, se nota desde que la vio.

Me sonroje al escuchar eso. Vi que Finn estaba más rojo, y ahora que lo notó los dos estamos tan juntos que puedo sentir su corazón latir. No había notado que él es ligeramente más alto que yo. Él solamente me sonrió tímidamente y volteó para otro lado.

-Bueno, ya vámonos. Esta semana a estado muy pesada y lo único que quiero es descansar.

- Si princesa. 

Se escucho como se alejaron y el eco de sus pasos era mas bajo. Ambos respiramos  y nos vimos. Nos reímos. 

- ¿Es...es verdad lo que dijo la enfermera? ¿Te quedabas a dormir para cuidarme?.- Lo vi a los ojos sonrojada.

- Si...- Dijo rojo- Es que no sabía si el Rey Helado regresaría por ti y te hiciera daño... y en el  momento en lo que te cuidaba aprendí unas recetas para poder cocinarte lo que quieras, lo-lo-lo hice para po-poder pasar más tiempo juntos...- Dijo un tanto nervioso.

- Eres muy tierno Finn.- Le di un beso en la mejilla izquierda y él se quedó congelado.- ¿Nos vamos?.

-Cl-claro que si.- Abrí la puerta y me tomó, nuevamente, de la mano. Salimos del Hospital por una salida de emergencia y empezamos a caminar entre el dulce reino, hasta salir de él. Entramos a un bosque, aún tomados de la mano. Tenía un sentimiento hermoso en mi estomago, el estar tomada de la mano con Finn y en un bosque... 

Después de un rato llegamos a un lugar que era una división, donde del otro lado había fuego.

- Ya llegamos, ahora debes de ponerte esta piedra en la frente.- Me dio la piedra y me la puse en la frente. Todo mi cuerpo se volvió azul.- _______  ven detrás de mi, no hay muchas cosas divertidas pero si es interesante ver a todas las personas que habitan aquí. Pero por favor no te separes de mi.

-Si, yo te sigo Finn.

-¡Ay no, ese perro se llevo mi libro de cocina!- Dijo para correr detrás del perrito a toda velocidad.

-Finn..? Ay no, no quiero correr pero si no me voy a perder.- Sali corriendo detrás de él.

Atravesamos toda la aldea tratando de perseguirlo, hasta que Finn alcanzo al perro y se lanzó encima de él, y por fin, después de media hora lo alcanzo. 

- No sabes lo cansado que es perseguirte.- Dijo sin aliento.

- Finn, corres muy rápid... 

- Ya veo que si era real...- Dijo una voz femenina enfrente de Finn.

- Princesa Flama...- Se espanto.







Una aventura más (Finn y tú)Kde žijí příběhy. Začni objevovat