Capítulo 4.

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Narra _______

- Bueno, tu cuarto estará subiendo las escaleras que están junto de mi cuarto, por si necesitas algo nada más bajes y no tengas ningún problema.- Me dijo la Dulce princesa mientras caminábamos por uno de sus grandes pasillos. Me gustaba ver todo lo que había en cada uno de ellos: eran de tonos pasteles, siendo el color rosa dominante; habían unos cuantos cuadros de caballeros de dulce; habían unos arboles con lo que parecían pequeños limones; y claro, unos cuantos bancos.- Ellos son los banana guardias, son los que protegen el castillo.

- Princesa, alguien la esta siguiendo. ¡Ataquen!- Seguido de esto, tres guardias se aventaron en mi.

- a-ayudaa- Dije estirando la mano, los guardias estaban arriba de mi, aplastándome.

-¿QUÉ LES PASA? ¡LEVANTENSE AHORA MISMO! ¡Ella es nuestra invitada y estará aquí un largo tiempo!- Dijo tratando de quitar a uno de ellos. Acto seguido ellos se levantaron.

- Lo sentimos, creímos que eras una amenaza- Dijierón mientras me ayudaban a levantarme.

-N-no se preocupen- Dije tratando de recuperar el aliento- Solo hacían su trabajo. Me paso de todo hoy- Reí.

- Espero que tu cuarto alegre un poco tu día.- Al final del pasillo, había unas escaleras un tanto estrechas. Las subimos y del lado izquierdo se encontraba otro pasillo, pero esta vez era un poco más corto. Había una puerta al fondo. Cuando llegamos a el, la princesa me abrió la puerta para dejarme ver un cuarto rosa pastel con una cama del lado derecho color fucsia centrada en esa pared, al fondo estaba  una ventana que daba vista a la grande luna y donde podía ver parte del castillo. Una pequeña mesa al lado de la ventana y enfrente de la cama, habían dos puertas pequeñas de color blanco y, por último una puerta del lado izquierdo del lo que parecía las puertas del ropero.- Adelante, pasa y disfruta de tu nuevo cuarto. Si llegas a necesitar algo ya sabes donde me puedes encontrar.

- Muchas gracias Bonni, de verdad gracias- La abracé.

-No tienes nada que agradecer- Me devolvió el abrazo.- Bueno, me tengo que ir.-  Y salió.

- Wow esto es de ensueño.- Me aventé a la cama, era la primera vez que acostaba en una que olía tan bien y se sentía fresca. Me paré y fui directo a la ventana que tenía un pequeño balcón, en el, unas cuantas macetas. Abrí el ropero y había unos cuantos vestidos, zapatos y accesorios (aparte de tener un espejo y una pequeña mesa para poder arreglarme).

Fui directo a la otra puerta y había un pequeño baño, con una tina, un retrete y obviamente donde lavarse las manos con un pequeño espejo. Salí y me asegure de que estuviera cerrada mi puerta. Entré al baño y me desvestí. Me bañe después de tanto tiempo sin hacerlo. Me metí en la tina y se sentía tan bien el agua en mi piel, talle cada parte de mi sintiendo como cada gota de sudor se iba.

Cuando terminé, me envolví en una toalla y me lavé los dientes. Abrí la puerta del baño y salí, para así meterme al armario y ver si encontraba algo para dormir; y así fué: había un vestido azul celeste de tirantes, un poco transparente. Me cambie, cepille mi cabello y me acosté.

Jamás me había sentido tan bien, me sentía limpia y tranquila. Me acomodé y me quedé profundamente dormida.

Al día siguiente, desperté por los pequeños rayos de sol que traspasaban las cortinas, aparte del bello sonido que hacían los pájaros. Me levante y me cambie de ropa: un short negro con una sudadera lila y unos tenis blancos.


  


Una aventura más (Finn y tú)Where stories live. Discover now