"Paso 7: Mi mundo es Fluke Natouch, El corredor de fondo" Pt. 3

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Holaaaaa.... mmmm me encantaría decirles que lo que pasó fue un sueño, pero no es así *lloranding*... de vdd, yo nunca voy a superar su muerte ni en un millón de años!!!!!.... Nuestro Fluke, le arrebataron la vida a manos de un estúpido desgraciado reprimido de m****

Yo se que sin él esto no tiene sentido, pero sigamos con esto si? cuando terminen de leerlo les contaré algo... lloren conmigo amig@s mi@s ....

Ahora sí a la lloradera ....

A lo largo de los dos días siguientes, mientras la policía canadiense interrogaba al asesino de Fluke, fuimos conociendo poco a poco la historia.

Supimos que aquel hombre se sentía cada vez más molesto por nuestra existencia; que era un homosexual reprimido que tenía miedo a enamorarse y odiaba a Fluke; que se había obsesionado con la idea de matarlo en la pista, y que, finalmente, había decidido que el mejor momento para llevar a cabo su plan era durante los Juegos Olímpicos.

Supimos, también, que Richard Mech había viajado a Canadá semanas antes de los Juegos; que se había hecho pasar por un obrero y había introducido clandestinamente el arma en el estadio para esconderla, puesto que sabía que se pondría en marcha un gran dispositivo de seguridad debido a todos los rumores; que no había podido llevar a cabo su plan durante la final de los 10.000 y que había tenido que esperar al domingo siguiente; que había permanecido junto a una de las salidas de las gradas, con el rifle oculto bajo el abrigo; que lo había sacado a toda prisa justo cuando Armas y Fluke salían de la curva, justo cuando el público gritaba enloquecido y, por tanto, nadie le prestaba la más mínima atención; que había esperado pacientemente porque no quería herir a Armas por error, y que había disparado en el momento en que Fluke iniciaba su sprint final.

Mech, al igual que yo, era militar y tirador. Amaba la Biblia, también como yo, pero tenía miedo y había llegado a creerse el ángel vengador de Dios, enviado a la tierra para fulminar a Fluke con su fuego eterno. Por muy loco que estuviera, yo comprendía perfectamente lo que había hecho y eso era lo más espantoso: que, a pesar de mi dolor, sabía lo que había ocurrido en la mente de Richard Mech, porque él y yo teníamos las mismas raíces.

Transportamos el cuerpo de Fluke hasta Tailandia en un avión privado que nos proporcionó el gobierno canadiense. Nuestro grupo permaneció unido. James se había desmayado en las gradas al ver lo sucedido, pero cuando llegamos al aeropuerto aún le quedaron fuerzas para bajar del avión, pálido y silencioso, por su propio pie. Incluso el Ángel, que lloraba apoyado en el hombro de Sunny, parecía haber comprendido que aquel joven afectuoso al que apenas conocía había sido asesinado.

Yo todavía no había reaccionado tras la experiencia vivida.

Tenía la sensación de haberme convertido en una cámara que grababa imágenes maquinalmente. Me veo a mí mismo en una sala grande de Tailandia, delante de un micrófono y rodeado de periodistas. Me escucho a mí mismo decir que, si pudiera, acusaría de homicidio en primer grado a todos los que en un momento u otro acosaron a Fluke, desde la gente que le escribió cartas de odio hasta los dirigentes que querían apartarlo del atletismo. Y me escucho a mí mismo añadir que, por desgracia, en este país no hay suficientes tribunales ni abogados para juzgarlos a todos.

El mundo hacía gala de un habitual e inútil sentimiento de culpabilidad.

Estamos tan acostumbrados que ya ni siquiera nos afecta: nos tiramos de los pelos con desesperación, pero eso es sólo un ritual más.

Se publicaron editoriales en los que se decía que esta clase de cosas no deberían suceder nunca. Yo leí algunos. Lo más increíble, sin embargo, es que también se publicaron otros en los que se decía que Fluke merecía morir. Los gays habían tomado varios edificios de Bangkok y la ciudad natal de Fluke y exigían que el Parlamento investigara la persecución constante que sufrían los gays; exigían, también, la pena de muerte para Richard Mech.

El corredor de fondo (adaptación OhmFluke) -Libro 1-Where stories live. Discover now