"Paso 4: Prejuicios y Estereotipos" Pt.1

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Un par de días más tarde, el National Intelligencer se exponía en los estantes de revistas de todos los supermercados del país. Las amas de casa tenían ante sus ojos la gran foto en la que aparecíamos Fluke y yo, inmortalizados en el momento en que nos mirábamos angustiados, él con la copa todavía en la mano. 

El titular decía: 

«Una estrella del atletismo y su entrenador confiesan su relación homosexual». 

El artículo prestaba la debida atención a Kao y a Earth, al reducido grupo gay de Mahidol e, incluso, al padre de Fluke. Se extendía, sin embargo, al hablar de Fluke y de mí, a causa del hecho impactante (para los heterosexuales) de que yo era más viejo que él y, además, era su profesor. Aquella bomba publicitaria tuvo una serie de repercusiones bastante desagradables para nosotros. En primer lugar, Fluke y yo empezamos a recibir cartas desde todos los puntos del país, tres cuartas partes de las cuales eran cartas de odio: la mayoría de ellas iban dirigidas al «señor y la señora Thitiwat». 

No permití que Fluke leyera aquellas cartas cargadas de odio, porque temía que le afectaran. 

Contra toda lógica, sin embargo, yo sí las leí y algunas eran verdaderamente escalofriantes. Decían que nos merecíamos la muerte. Por primera vez, tuve miedo de que alguien intentara hacernos daño a uno de nosotros, o a los dos. También empezamos a recibir llamadas telefónicas amenazadoras, que hablaban de bombas y secuestros. La policía investigó las llamadas con una curiosa falta de entusiasmo y rápidamente cambiamos los números y dejamos de figurar en la guía. 

Facilitamos nuestros nuevos números únicamente a un puñado de amigos íntimos e hicimos que la universidad filtrara todas nuestras llamadas. Los periodistas, dirigentes del mundo del atletismo y compañía sólo podían llegar hasta Fluke a través de mí. 

Como entrenador de Fluke, mis deberes se ampliaron para protegerlo de todo aquello, puesto que él necesitaba paz y tranquilidad para entrenar. Un atleta no puede resistir tanta presión sin que su rendimiento se resienta. El estrés emocional aumenta el nivel de lactato en la sangre…, el mismo lactato que produce fatiga a causa del estrés físico. Yo tenía mucha fe en la resistencia de Fluke y en su habilidad para mantener la calma, pero no estaba dispuesto a correr ningún riesgo. En segundo lugar, y para contrarrestar la parcialidad del artículo del National Intelligencer, Fluke y yo decidimos que era necesario publicar otro artículo que se ajustara más a los hechos. 

Flukkaron, tal y como había prometido, había estado investigando sobre la homosexualidad en el deporte. Había hablado discretamente con mucha gente y había conseguido bastantes declaraciones, la mayoría de ellas anónimas, así que le ofrecimos una entrevista en exclusiva, acompañada de fotos. 

Aceptó encantado. 

Nos sentamos y hablamos bastante abiertamente de nuestros sentimientos, de la postura de los gays, del deporte. Nos gustó mucho el reportaje que escribió, porque era muy sensible. La entrevista era el eje de toda la información que había conseguido. Trató de dar a conocer el tema de forma imparcial. ¿Existía tanta homosexualidad en el mundo del deporte como para empezar a preocuparse? ¿Valía la pena preocuparse?.

Contemplaba las dos posturas de aquel debate, pero acababa sugiriendo implícitamente que se estaba exagerando mucho la cuestión, especialmente teniendo en cuenta la decisión del Tribunal Supremo. Después, sin embargo, tuvo muchos problemas para vender el reportaje. Una tras otra, las revistas lo rechazaban y, muy educadamente, le decían: 

—Muy oportuno, pero no es nuestro estilo. 

Finalmente lo compró Esquire. Cuando se publicó, provocó el mayor aluvión de cartas de los lectores que se había visto jamás en el Esquire. 

El corredor de fondo (adaptación OhmFluke) -Libro 1-Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum