gato malo › chanlix

veintitrés.

Al final de su búsqueda, habían encontrado qué comer en otro puesto de comida rápida, todo acabó muy pronto, tan pronto que Felix se lamentó de que su cita con Chan estuviera por terminar.

- ¿Podemos entrar aquí? - Felix detuvo a Chan del brazo, deteniéndose frente a una cafetería. Chan soltó un suspiro, estaba cansado y lleno, además de que tenía mucho frío. Felix jaló un poco su brazo, mirándolo con ojos sugerentes hacia el lugar.

-Ya es muy tarde... - Chan se negó, aunque en realidad la idea no le molestaba mucho, porque el lugar se miraba bastante cálido, e incluso podía percibir el aroma del café, había pocas personas y en sí le agradaba

-Bueno... - Felix declinó soltando el agarre en el brazo de Chan, y mirando por el ventanal dentro del lugar. Podía oler un delicioso aroma, era café y probablemente chocolate, y aunque sabía que él no podía comer esas cosas, le gustaba mucho poder olerlas.

-Es broma, vamos - Chan fue ahora el que tomó a Felix del brazo para dirigirlo hasta la entrada del establecimiento. Cuando entraron, la calidez los abrazó a ambos, acompañada del olor agradable.

-Huele a pastel tres leches de cajeta, lo necesito... - Felix entró presuroso hasta el mostrador, observando algunos postres servidos. Chan lo alcanzó, sonriendo un poco al escucharlo -Chan, ¿puedes comprármelo, por favor?

-Sí, sólo porque vale la pena quedarme pobre por pasteles... - Felix había sonreído complacido. Había adelantado camino para irse a sentar a una mesa que estaba apartada de la ventana, en una esquina del local. Espero por Chan, que después de unos minutos había llegado a sentarse frente a él.

-Me dijeron que esperara... - avisó. Felix asintió, juntando sus manos sobre la mesa frente a él. Miró a Chan, quien había saltado un bostezo, mientras se encogía en su lugar. -Qué frío...

- ¿Frío? Yo tengo calor... - Felix se movió en su lugar, moviendo un poco sus orejas. En realidad el suéter que traía puesto era muy grueso y lo mantenía muy cálido, incluso en exceso mezclado con el ambiente cálido de la cafetería. Chan miró con el ceño fruncido al menor, restándole importancia. -Chan hyung, ¿puedo hacerte una pregunta?

-Sí

- ¿Yo te desagrado? - Felix preguntó, esperando con atención cualquier reacción de Chan. La idea lo había estado abordando, quería saber si de verdad, su compañía molestaba a Chan.

-Claro que no Felix... - Chan soltó un suspiro, ahora mismo sentía la incongruencia entre sus palabras y sus actos, era capas de reconocerlo, pero jamás le ha resultado sencillo expresar mucho. -no me desagradas, y sé que es lo que debes de pensar por como te trato, pero... bueno, no puedo actuar muy dulce, o muy amable, porque entonces siento que no estoy siendo yo. No soy esa clase de persona que pueda demostrar afecto fácilmente. - confesó -ni siquiera con un gatito.

-Oh... - Felix recordó algo entonces, y acomodó rápidamente sus ideas -eso me alegra, por un momento en verdad creí que yo era un problema para ti. Y a pesar de que me gustas, no me gustaría ser un malestar en tu vida.