CAPÍTULO 31

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La tormenta continua cuando me levanto, las sabanas suaves se adhirieron a mi cuerpo haciendo más difícil el querer levantarme pero tenía que hacerlo.

Al abrir las cortinas noto como la nieve sigue cayendo y las nubes grises hacen que la luz no caliente mucho.

Entonces me aterra la idea de tener que pasar aquí más tiempo del esperado.

Veo mi teléfono y me doy cuenta que tiene muy poca batería.

Enciendo la televisión y pongo las noticias.

La tormenta ha traído varios árboles caídos y muchos accidentes en las rutas, por favor, no salgan, probablemente sea la tormenta del año, es lo que se lee abajo.

Suspiro y veo las imágenes que pasan, los hospitales con algunos heridos, las carreteras con árboles caídos y uno que otro accidente de auto y nada más, porque lo demás son imágenes de algo que la nieve y el viento no permiten ver bien.

Apago el televisor y veo a la nada.

Recuerdo sus palabras y sé que hoy me será muy difícil salir de esta casa.

A menos que no me lo tope.

Me levanto con rapidez, me baño con suma eficacia y me pongo mi vestido junto con mi abrigo, hago la cama y dejo la habitación como la encontré.

Abro la puerta con cuidado y me asomo.

El silencio gobierna el lugar.

Salgo del lugar y cierro la puerta silenciosamente.

Camino por el pasillo de puntitas con los zapatos en las manos para evitar hacer ruido.

Bajo las escaleras y me guio hasta la puerta con pasos pequeños.

Paso por la estancia de la chimenea y la noto encendida.

¡Rayos!

Doy pasos con más prisa para pasarla.

-No te servirá de nada llegar a la puerta de hurtadillas Haler-dice su voz grave a mi espalda y yo me congelo en mi lugar.

Cierro los ojos y me doy la vuelta lentamente para encontrarlo parado frente a mí con un suéter y saco azul marino y con unos pantalones hechos a medida junto con una taza blanca en su mano izquierda.

-Necesito regresar a mi casa-le informo y me paso la mano por el cabello.

-Eso no va a pasar-murmura mientras camina hasta adentrarse a la estancia de la chimenea.

Lo sigo y lo veo tomar haciendo en su sillón.

-Por favor, Vosk, no creo que este bien que este aquí-admito nerviosa y él no me mira solo se centra en las noticias.

Las mismas que yo vi hace un rato.

Trago saliva al ver que hay más accidentes de auto que los que vi hace tan solo unos minutos.

Lo veo y él me mira con una ceja levantada.

No sé qué decir porque es obvio que no soy tan imprudente para insistir pero tampoco quiero estar aquí, bueno, con él.

-Puedes estar en tu habitación o en la otra sala o aquí si te place pero no vas a salir, no hasta que la tormenta seda-me mira y da un sorbo a su café y mis ojos no pueden evitar fijarse en sus labios.

No sé qué decir y me resulta preocupante, porque normalmente las palabras vienen a mí con suma facilidad.

-Gracias-es lo único que puedo decir.

ENTRE SANGRE Y TINTA (TERMINADA) √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora