Capitulo 75

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—Oye, Yahan

Tenois apareció con cara relajada mientras todos estaban molestos por el manantial contaminado.

—Regresaste antes de lo que esperaba. No esperaba verte hasta después de cruzar el desierto.

—Jaja. He cambiado de opinión. Después de todo, soy una de las alas de la santa, ¿verdad? Debemos hacer todo lo posible para escoltar a la delegación del Principado

Tenois se rió entre dientes.

Sus ojos amarillos brillando salvajemente en la oscuridad.

—Además, hay algo que quiero comprobar. Simplemente no podía esperar

—¿Qué quieres comprobar?

—Tenía tanta curiosidad por el rostro de nuestra princesa ¿Has oído las noticias? Ahora que se destrozo la fuente, ¡qué aterrorizada debe estar! Jajaja!

Los ojos de Yahan oscurecieron con frialdad.

Susurró el poder de las alas que fluían por las venas de Yahan.

[Mátalo ahora]

[Inmediatamente]

[Ofrece su cuerpo a tu maestra]

Yahan contuvo sus instintos y preguntó con fiereza.

—¿Estás loco? ¿Arruinaste la fuente que es nuestra única manera de obtener agua?

Tenois miró a Yahan como si acabara de escuchar algo ridículo.

—¡Qué maravilloso es verla llorar! ¿y te dices solo eso? ¡Es eso!

—...

—¡Una sola gota de las lágrimas de esa chica es más estimulante que matar a cientos o miles de otros humanos!

Tenois dijo con una cara muy emocionada.

—¡Es una lástima que solo tenga una vida! Si es posible, me gustaría matarla todos los días... ¡kjbcdiuqencf!

Ruido sordo

Tenois no pudo terminar sus palabras.

Un golpe terrible impacto todo su cuerpo, hasta el punto en que ni siquiera podía respirar.

Jadeó, en un instante, estaba siendo estrangulado y mirando al cielo.

—Tú... de repente... ¿...por qué...? ¡huoievq!

—... Callate la boca (juajuajuajua)

La mano que estrangulaba el cuello de Tenois era tan fuerte que se puso blanca.

—Yo, eh, ¿qué?

—Si no quieres que te arranque la lengua, cierra la boca

—Kerr-kerhuck!

Los dedos de Yahan presionaron contra sus venas.

Un destello de asombro apareció en los ojos de Tenois mientras luchaba.

Solo usaba una mano, pero no podía quitársela.

Era como si se hubiera convertido en presa abrumada por una enorme bestia.

'¡Disparates! ¡No puede ser! ¡Este bastardo no puede ser tan fuerte!'

Mientras gritaba internamente, Yahan dijo de mala gana.

—Te lo he advertido una y otra vez

—...

—No te pongas en ridículo, no toques a la delegación del Principado

Hija Del PecadoOnde histórias criam vida. Descubra agora