Capitulo 35

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—...Las cosas son diferentes!

Sigmund que había estado conteniéndose, levanto la voz.

—Acaso no lo viste tu también! ¡Una niña herida a la que vuelven a lastimar! ¡Como puedo pasar por alto eso!

Se refería a que hace unos días Letticia estaba sufriendo por la maldición.

—Además he intervenido a través de mis descendientes! ¡Menos reacción! ¡No soy como Denur!

—La diferencia es que las personas son diferentes

—Te estoy pidiendo que lo admitas

—Ustedes dos son iguales

Sigmund se sorprendió y lo miro.

—¿Hombre, te has vuelto loco?

—A mi me parece lo mismo

Revoloteo.

—Están enojados, actúan e insultan, la relación causal se divide y repiten lo que hacen

—...Eso

—Conoces el dicho que dice que los cangrejos de rio siguen siendo cangrejos ¿verdad? Es básicamente hacer amistad con personas que no son iguales en carne y hueso, ser amigos unos de los otros (Se refiere a que los cangrejos originalmente son del mar pero deben llevarse bien de todos modos con los de rio a pesar de ser diferentes, porque al fin y al cabo, son cangrejos... fuentes: creanme)

Sigmund apreto los labios.

—Cierra el pico

—Por supuesto, un grupo de chicos como ustedes deben ser amigos aunque digas lo contrario, a pesar de que han vivido miles de años, siguen siendo los mismos en el sentido de que todavía son inmaduros...

—¡Te dije que te callaras!

Incapaz de soportarlo, tomo el destello de luz y la exploto.

Después de un rato, salió el aire.

Empezó a fluir diez veces más rápido que antes.

—Estas seguro que me pegaste ahora?

—Estas gritando...

—¡Gritando mi trasero! ¿No estas exagerando? ¡Después de todo es por culpa de ustedes que tome esta forma!

—Yo no tuve nada que ve...

—¡Ustedes dos volvieron atrás en el tiempo, y eso me volvió mas debil!

—Tu te volviste debil solo...

—¡No tengo mas tiempo! ¡No hay descanso en si! Si quieres que te ayude, deberías saber agradecer

—...tsk

Apreto los dientes y camino mas rápido.

Se puso rojo de la ira.

—¿Siempre son así los dragones? Eres un mal empleador ¿Tienes conciencia o no?

En este punto, no había forma de cerrar esa boca.

Era mejor dejarlo así hasta que se descargara.

—Sabes quien soy?¡El hechicero legendario!

—...

—En el imperio mágico, si los magos de allí al verme llorarían para siempre, sin embargo tu no estas satisfecho con el hecho de transformarme en una mota del tamaño de una mosca ¡¿Estas incluso tan loco como para hacerme estallar?!

Desafortunadamente, las piernas de Sigmund estaban tan apretadas que ni siquiera podía caminar tan rápido para alejarse del griterío.

—Si vas a tratarme así ¡Dame mis piernas! Quiero decir ¡Yo también quiero caminar sobre dos piernas!

Hija Del PecadoWhere stories live. Discover now