iv

4 1 0
                                    

Sé que no es bonito para ti permanecer aquí unos momentos, siento de verdad hacerte pasar nuevamente por esto.

Pero destino tan grácil, agradezco que te quedes, por ellos y por mí. No hay alegría más grande que tenerte acompañándome en esta travesía bañada en el amor de dos jóvenes almas que luchan por verse, por tenerse, por quererse.

Prometo pues, que la próxima vez que te vea y no haya algún alma o ángel rondando, te agradeceré como es debido, obsequiándote caricias que sólo soy capaz de ofrecerte a ti y robándote sonidos que, aunque digas que me pertenecen, no me cansaré de tomar.

Teniendo al destino junto a la vida, ¿qué poder de alma agrandada podrá pararnos? No habrá ser alguno que dañe nuestros planes.

The Hell in The HeavenWhere stories live. Discover now