Sé que no es bonito para ti permanecer aquí unos momentos, siento de verdad hacerte pasar nuevamente por esto.
Pero destino tan grácil, agradezco que te quedes, por ellos y por mí. No hay alegría más grande que tenerte acompañándome en esta travesía bañada en el amor de dos jóvenes almas que luchan por verse, por tenerse, por quererse.
Prometo pues, que la próxima vez que te vea y no haya algún alma o ángel rondando, te agradeceré como es debido, obsequiándote caricias que sólo soy capaz de ofrecerte a ti y robándote sonidos que, aunque digas que me pertenecen, no me cansaré de tomar.
Teniendo al destino junto a la vida, ¿qué poder de alma agrandada podrá pararnos? No habrá ser alguno que dañe nuestros planes.
YOU ARE READING
The Hell in The Heaven
General FictionComo jóvenes hicimos tantas cosas que muchos consideraron estúpidas, falsas y nada duraderas, una de ellas fue enamorarnos. El amor en la adolescencia es falso, interesado y una pérdida de tiempo, es lo que me dijeron tantas veces que tal vez lo cre...