16. Las cosas que están mal

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Casi sin darse cuenta pasaron seis meses después del nacimiento de Lan Yuan, poco a poco la pareja iba adaptándose a los cambios de tener un bebé y todo lo que conllevaba su cuidado y atenciones, casi parecía la vida perfecta, pero Lan Wangji no estaba seguro de que su omega estuviera bien, a pesar de que los sanadores dijeran lo contrario.

—Lan Wangji, lamento molestarlo, pero el joven maestro Wei no fue recoger a A-Yuan a la guardería, no lo molestaría, pero el bebé ha estado llorando y aunque hemos hecho hasta lo imposible no lo hemos logrado— la directora del pabellón de bebés se acercó hasta el campo de entrenamiento para informarle la situación.

— ¿Fueron a buscarlo al Jingshi? — De acuerdo a su rutina, Lan Wangjji se despertaba a las cinco de la mañana, después de bañarse y vestirse hacía lo mismo con A-Yuan y por último Wei Ying a quien despertaba para que alimentara al bebé, luego el omega continuaba durmiendo mientras que él llevaba al pequeño a la guardería donde las nanas lo cuidaban hasta que más o menos a las nueve de la mañana Wei Ying despertaba e iba por él. Lo extraño es que pasaba de la una de la tarde y aunque el omega solía ser inmaduro y despreocupado nunca dejaría a su cachorro solo durante demasiado tiempo.

—Si, cuando había pasado más de una hora y no llegó, mandé a un discípulo a buscarlo, pero no obtuvo respuesta—

—Está bien, iré por A-Yuan— cuando llegó A-Yuan ya se encontraba dormido en brazos de una joven nana.

—Finalmente se quedó dormido— susurró la joven sin moverse de su lugar pues temía que al menor movimiento el bebé despertara.

—Démelo— pidió el alfa y la joven lo entregó con mucho cuidado.

—Está tan cansado de llorar que es casi imposible que despierte ahora— tranquilizó la directora. Después de eso el alfa se despidió y se dirigió al Jingshi deseando encontrar a Wei Ying dormido, aunque sabía que no sería así.


—Wei Ying— No tuvo que buscar mucho, ya que el omega se encontraba nuevamente en el cementerio de los Lan con la mirada perdida y no reaccionó ante su llamado, tuvo que sacudirlo un poco para que reaccionara. Lan Wangji hizo una nota mental de encontrar la causa para el extraño comportamiento de su esposo.

—Lan Zhan— su sonrisa fue tan espontánea que solo hizo la situación más espeluznante y extraña de lo que ya era.

—Wei Ying, vamos a casa— deseó tomar al omega entre sus brazos y protegerlo de aquello que lo hacía comportarse de esa manera —Wei Ying— llamó mientras ambos caminaban tranquilamente con dirección a su casa.

—Dime—

—Te amo— la declaración hizo sonreír al joven, quien dio un pequeño brinquito feliz.

—No más de lo que te amo yo—

Por la noche Lan Wangji trató de recordar todas las referencias que Wei Ying había hecho de sus padres, sabía que el señor Wei había nacido y crecido en la secta Jiang, por lo que su historia de vida y antecedentes familiares serían muy fáciles de rastrear, por parte de su madre había muchos inconvenientes ya que la mujer nunca había estado afiliada a alguna secta ni tenía familia, por lo menos que él supiera.


—Tío— Lan Qiren fue la única persona que tuvo contacto con Cangse Sanren y que tal vez podía darle alguna luz sobre el pasado de la mujer.

—Wangji—

—Tío, lamento molestarlo con mis dudas, espero no las tome a mal y me permita exponerlas—

— ¿Dudas? ¿Qué clase de dudas podían ser malentendidas? — el mayor acarició su barba pensativamente.

—Acerca de Cangse Sanren— el nombre hizo el Lan Qiren soltara un poco educado sonido de disgusto.

—Lo único que sé es que heredó a su hijo su carácter displicente, inmaduro e indisciplinado, en fin, una gran cultivadora sin respeto por las reglas—

—Tío, ¿Sabe si la señora Cangse Sanren tenía contacto con su familia o quiénes fueron? —

—No lo sé, llegó a la secta como una cultivadora errante. En realidad su estancia en Gusu se debió al agradecimiento de tu difunto padre que acababa de ascender hacía poco tiempo como líder de la secta— el mayor continuó tratando de hacer memoria —no tengo mucho conocimiento del hecho ya que no me encontraba en el lugar, pero tu padre me contó que durante una cacería nocturna él y el grupo de cultivadores con los que iba se encontraron rebasados por un ente muy fuerte, al grado de llevarlos a pensar que morirían ahí mismo, justo cuando pensaron que todo estaba perdido llegó una joven y acabó con espíritu resentido, se presentó como Cangse Sanren y dijo no pertenecer a alguna secta. Tu padre siendo un buen hombre la invitó a quedarse en Gusu el tiempo que quisiera— hizo una mueca molesta —Era una gran cultivadora, pero no tenía respeto por nuestras reglas y por más que mis buenas intenciones fueron inculcarle algo de sentido común no fue posible. No puedo decir que fuimos amigos por lo que no sé acerca de su familia, para mí el hecho de que viajara sola siendo tan joven ya era muy escandaloso. Casi sufro una desviación de Qi cuando se aperturaron las clases para discípulos invitados y apenas vio a Wei Changze declaró ante todos los presentes que se casaría con él— resopló — ¡Qué vergüenza! — Una ligera sonrisa afloró en los labios de Lan Wangji al recordar que su omega siguió los pasos de su madre —Tal vez el líder Jiang pueda darte más información que yo— Aunque Lan Qiren no veía con los mejores ojos a Wei Ying, nunca dejaría de reconocer que era una gran influencia para su sobrino y que, sobre todo, lo hacía feliz.

—Mn. Tío, en un par de días Wei Ying y yo iremos a Yunmeng Jiang— El mayor quiso preguntar el motivo por el cual su sobrino mostraba repentino interés en la historia de los padres de Wei Ying, pero si el joven no quería contarle, respetaría sus deseos.

Cuando Wei Ying recibió la noticia de que irían a visitar a sus tíos estaba tan eufórico que no dudó en complacer durante la mayor parte de la noche a su alfa. Lan Wangji pensó en llevarlo a visitar a su familia más seguido.

Destello AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora