Capítulo XII

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"No se necesita ser inteligente para darse cuenta cuando una persona está porque quiere y cuando está por lastima"

Capítulo XII

Las noches se vuelven eternas para nosotros últimamente. Nos la hemos pasado investigando y tratando la manera de mantener la calma en todo el lugar, pero es complicado teniendo en cuenta que ellos vieron como Brigitte estaba siendo poseída o algo similar a eso.

Mi cabeza no deja de pensar en muchas probabilidades y también se mantiene en el pasado, puedo decir que eso ayuda en cierta forma a qué recuerde más allá de pinceladas, quizás, si recuerdo absolutamente todo, eso me ayude para saber cómo seguir adelante con esto que nos está pasando.

Ciara se ha encargado de mantener calmadas a las gemelas, Jacqueline está asustada y preocupada por su hermana, es de esperarse.

No tenemos a quien acudir, la mayoría de aquí no se lleva bien con sus padres y yo bueno, ni siquiera tengo a mi familia con vida. Eso complica más la situación.

Félix y Casper están sentados en la silla hablando de algo que no logro escuchar, mientras que Yves está sentado en el sofá distrayendo a los demás.

—Buenos días—salude como de costumbre.

—Buenos días, aunque de buenos, no tienen ni un pelo—exclama Michel y se a lo que se refiere, hasta el momento no tenemos nada a nuestro favor.

Agarré una galleta que estaba encima de un plato, Iraida acostumbra a hacer este tipo de comidas para que entremos en calma, aunque dudo mucho que eso se pueda.

—¿Nada?—pregunté refiriéndome al tema que ellos ya sabían.

—No, este tipo es muy bueno en lo que hace y no deja rastro alguno—exclama Casper algo enojado.

Mi mirada se posa en Brigitte quien está junto con Jacqueline sentadas en el suelo jugando con sus muñecas, actúan como si nada estuviera pasando, ellas me preocupaban más. Son apenas unas niñas que perdieron a sus padres a temprana edad, la madre murió dando a luz y el padre las abandonó dos días después de que nacieran. Ambas han estado juntas desde entonces, cuando las conocí eran bebés todavía, conforme crecían jugaban y bailaban, pero siempre eran las dos, nunca fue solo una, ellas aún no logran entender lo que está pasando, no tienen la edad suficiente para entenderlo con exactitud.

Jacqueline es mayor por unos minutos, pero eso no quita que ambas se cuiden de la misma forma.

Agnes, ella es una chica de doce años, es callada pero cuando agarra confianza es muy divertida y extrovertida, ama ver películas y comer galletas cada que se puede. Trata la manera de llevar una vida alegre y así no pensar en el abandono de sus padres. Llegó aquí cuando tenía seis años, a pesar de la edad, comprendió lo que pasaba y comprendió que sus padres la habían tirado a la calle como si de basura de tratará.

Robin y Patrick son los mayores, tienen diecisiete años y este año, ambos cumplirán los dieciocho, por lo tanto ambos se podrán ir de aquí porque ya no son unos niños, de igual forma ellos han dejado claro que no tienen intenciones de irse porque este es su hogar y aquí aún siguen personas que quieren demasiado.

Marius y Elliot tienen catorce años, ambos parecen hermanos, más no lo son, sin embargo han sabido llevarse bien mutuamente.

Cada uno supo adaptarse y fueron muy bien recibidos por nosotros. Todos los que viven aquí se han convertido en mi segunda familia, en esa familia con la cual puedo contar cada que tengo problemas o cosas similares.

No me puedo imaginar que sucederá si algo llega a pasarles.

—¿Te sientes mejor?—me pregunta Iraida bajando las escaleras.

BLOODWhere stories live. Discover now