BLOOD

Capítulo VII

“Soy una persona de extremos. O me importa una mierda o me afecta demasiado”

Capítulo VII

El miedo se refleja en mis ojos. No tengo ni la menor idea de quien puede ser aquella persona, ni tampoco sé porque mando esa nota, de lo que puedo estar segura, es que antes había recibido una nota parecida y mamá se había enojado por ello.

—¿Qué mierda?—Pregunta Michel confundido por lo que decía aquella nota.

—¿Dónde encontraste esto?—Esta vez pregunta Yves.

—Estaba afuera, en el suelo—Respondo, Iraida me da una mirada cómplice, sé que recordó la nota que le mencione hace rato.

—¿No había nadie?

—Nadie, tocaron el timbre, fui a ver y solo estaba eso en el suelo.

Félix frota su rostro con ambas manos, mira de nuevo el bosque y noto preocupación en su mirada.

—¿Qué sucede?—Pregunto.

—Charlotte y Brigitte no están—Susurra.

¿Qué? Charlotte nunca se van tan lejos, de hecho, ella odia ir al interior del bosque, es por eso que siempre se queda cerca de la cabaña para que nada malo le suceda y podamos verla.

Salimos de la cabaña y no hay rastros de ninguna de las dos. Iraida, Michel y Casper se quedaron en la cabaña cuidando de los demás, mientras que Yves, Félix y yo íbamos al bosque a buscar a las chicas.

El bosque no tenía un camino fijo, eran demasiados callejones y atajos, nunca sabías por donde empezar, no sabías como buscar a una persona, si te perdías era difícil encontrarte gracias a los grandes arboles que impedían que algunos gritos se escucharán y los caminos te llevaban a lugares distintos.

Precisamente, por eso, nadie iba al interior del bosque, a menos que saliéramos a buscar algo, de ahí en fuera nadie salía. Cuando las personas querían adoptar, había un chico que los guiaba, dicho chico era guardia de la señora Nessa, después de un tiempo, dejo de venir al darse cuenta de que ya nadie quería adoptar.

—Mierda, esto es como un laberinto ¿Cómo las vamos a buscar?—Pregunto Félix. Nos detuvimos, había tres caminos en frente de nosotros, sabíamos que, si tomábamos uno, nos llevaría a otro y así sucesivamente.

—¿Y ahora qué?—Pregunto con un poco de miedo.

—Tenemos que separarnos—Dice Félix de un momento para otro.

—¿Separarnos? ¿Esa es tu mejor idea?

—¿Tienes una mejor, Yves? Si nos vamos todos juntos no las vamos a encontrar, ellas pueden irse por otro lado, si las buscamos por separado tenemos más probabilidades de encontrarlas—Explica, tiene un punto, pero como dije antes, es difícil salir del bosque cuando ya estás adentro.

Yves se quedó callado.

—Me lo imaginé. Juliette tu irás a la izquierda, Yves a la derecha y yo en frente—Asentimos.

Comencé a caminar a la izquierda como me lo habían dicho. Las hojas crujían con cada paso que daba, aunque era de día, sentía ese miedo en mi interior, jamás había ido sola al bosque, siempre iba acompañada.

Suspiré, no tenía que dejar que el miedo se apoderara de mí.

Mis pasos comenzaron a ser más largos, el viento movía muchas hojas creando algunos remolinos pequeños. Los arboles eran mi ayuda para no pisar algo que no debía.

—¡Charlotte! ¡Brigitte!—Grité los nombres de ambas, no recibí respuesta. El canto de los pájaros me asustaba en varias ocasiones, no se escuchaba nada.

Paso lo que me temía, llegué a una parte en donde había dos rutas, no sabía por cual irme e hice el “Tín marín de do pingüe”

El camino ganador fue el derecho, así que iba a caminar hacia allí, cuando escuché algo.

—¡Juliette!

Brigitte, esa es la voz de Brigitte.

Me di la vuelta y comencé a correr hacia el sonido de la voz de la niña, cada vez la escuchaba más cerca, pero otras veces la escuchaba lejos.

—¡Brigitte!—Grité su nombre. Ella respondió diciendo mi nombre en un grito, eso me sirvió para seguir corriendo a donde creía que estaba.

Fue cuando di la vuelta y la vi. Estaba corriendo, sus pequeñas piernitas hacían un esfuerzo para correr.

—¡Juli!—Dijo de nuevo mi nombre cuando me vio, corrí hasta estar más cerca de ella. Brigitte me abrazó con todas sus fuerzas, tenía miedo, ella tenía miedo, podía sentirlo.

Me separé del abrazo y fue cuando noté que no estaba Charlotte con ella.

—¿Dónde esta Charlotte?—Pregunté a la niña.
—Ella se quedo en un camino… me dijo que corriera y que saliera de aquí… había un hombre cerca—Empezó a decir con miedo.

—Tranquila, tranquila, la buscaré—Digo y le beso la frente.

Pero no podía ir con ella, si había un hombre allí, y si era el mismo hombre que vimos en las cámaras. Brigitte no debía ir conmigo.

La cargué y corrí con ella en brazos, no se cuanto corrí, pero pude ver a Yves. Agradecí en mis adentros que estuviera cerca.

—¡Yves!—Grité su nombre, se giro y corrió hacia mí para ayudarme con la niña.

—¿Y Charlotte?—Pregunto.

—Llévate a Brigitte de aquí… buscaré a Charlotte—Digo segura de mis palabras.

Antes de que él pueda protestar empiezo a correr de vuelta al interior del bosque. Tomo caminos diferentes, grito su nombre lo más alto que puedo, pero nada, silencio.

Encuentro a Félix no tan lejos de donde yo me encontraba y ambos comenzamos a buscar a Charlotte.

Pasando por un camino, vemos en las hojas manchas rojas.

No.

Es sangre.

Seguimos el rastro de la sangre y termina en otro camino, buscamos por todos lados, la imagen que veo me da tristeza, miedo, y tengo ganas de gritar.

Charlotte esta repesada en el tronco de un árbol, tiene una herida en su abdomen, su mano hace presión en la herida para que la sangre no siga saliendo.

—¡Oh por Dios!—Digo corriendo hacia ella, tiene sus ojos abiertos y tiene rasguños en sus brazos.

—¡Juliette!—Susurra con debilidad.

—No digas nada—Miro a Félix—Tenemos que llevarla a la cabaña, ahora.

Él asiente y la carga en sus brazos, cuando lo hace, puedo ver un cuchillo tirado a unos metros de donde ella estaba.

Veo el cuchillo y me siento observada, levanto mi mirada y puedo ver a alguien al final del camino. No dice nada, solo se da la vuelta y se va.

¿Será posible...?

¿Es... Es el mismo que mato a la señora Nessa?

—¡Juliette!—Me grita Félix, es cuando me doy cuenta que estoy alejada de él.

Rápidamente corro hacia donde está. No sin antes dar una última mirada a ese cuchillo.