Prólogo

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|Me gusta Rantaro|

En la academia Kibougamine, cada cierto tiempo, se elabora un concurso entre clases en la que se tiene que realizar una actividad haciendo cooperación de todos los definitivos de los 16 alumnos de cada clase. La actividad que era más visitada o mejor valorada terminaba haciendo que los alumnos de aquella clase ganaran el premio mayor.

Ese año, la clase triunfadora fue la 79 con su actividad que era un recorrido interactivo con los talentos de los alumnos. El premio mayor fue un viaje a Quintana Roo, justo en Cancún, para pasar 4 días y 3 noches en uno de los mejores hoteles del lugar.

Los chicos se hallaban recogiendo todo lo que habían usado para la actividad. Shuichi estaba metiendo los adornos de su parte del recorrido dentro de una caja, totalmente distraído entre sus pensamientos que ni notó la llegada de cierta persona.

—Shuichi, ¿Has visto el mapa de mi área? —. Intrigó Rantaro mirando a todos lados.

Shuichi no le había escuchado, seguía metido entre sus pensamientos, acomodando la caja y mantenía una mirada perdida. Rantaro rió levemente y se acercó al chico, tomando el chaleco de detective del lugar, para acercarse a Shuichi.

Cuando Shuichi se levantó para tomar los adornos faltantes, se llevó un susto al sentir como era envuelto entre la tela del chaleco. El pequeño grito que soltó el peli azul hizo que el peli verde rompiera a reír.

—¿R-Rantaro...? —. Balbuceó Shuichi quitándose de la cara el chaleco, dejándolo colgando de su cabeza.

—Perdón —se disculpó entre pequeñas risas que trataba de suprimir—. ¿Qué tanto estás pensando? —. Le sonrió levemente mientras le retiraba el chaleco, con cuidado.

—¿E-Eh?

—Bueno, supongo estabas perdido en tus pensamientos, te hablé y pareciste no escucharme —. Se explicó doblando el chaleco para poder meterlo a la caja.

—Perdón... no quise ignorarte —. Bajó la mirada apenado.

—No te preocupes, está bien —sonrió ladinamente y dejó el chaleco en la caja—. ¿Has visto el mapa de mi área? Creo alguien tuvo la gran idea de llevárselo.

—¿Tu mapa? —Shuichi miró a todos lados—. Sí, estoy seguro que lo vi —. Asintió y se acercó a la mesa del lugar.

—Sabía que estaría aquí —. Rió levemente y se acercó a Shuichi por la espalda.

—Aquí está, te lo iba a llevar lue- —. En cuanto Shuichi se volteó se acalló al chocar contra el pecho de Rantaro.

—Ah, perdona —. Rantaro se hizo para atrás sonriendo nervioso.

—N-No pasa nada —desvió la mirada apenado pensando en la corta distancia en la que habían estado en ese corto segundo—. T-Ten... —. Le extendió el mapa, que estaba bien enrollado.

—Gracias —. Lo tomó en mano y, antes de retirarse, le acomodó el pelo a Shuichi.

Al ver cómo el peli verde se iba del lugar, Shuichi ahogó un grito de emoción entre sus manos y, al percatarse de su acto anterior, se ruborizó completamente haciendo arder sus mejillas de la vergüenza. Se llevó su mano derecha a la cabeza, inconscientemente, palpando en donde Rantaro había colocado su mano haciéndole esbozar una sonrisa torpe que ocasionó su risa nerviosa a los segundos.

—¡Huele a emo detective enamorado! —gritó Kokichi mientras entraba al lugar arrastrando a Himiko, a quien tomaba de la mano—. Ah, sí, aquí hay un emo detective enamorado —. Rió.

—Me agrada ese apodo —. Dijo Himiko, con algo de pereza, acercándose a Kokichi para apoyar su frente en el hombro del chico.

—Eh... hola —. Shuichi dejó en paz su pelo y volteó a ver a sus amigos.

𝓛𝓸  𝓵𝓪𝓶𝓮𝓷𝓽𝓸「ᶠᵃⁿᶠⁱᶜ」Where stories live. Discover now