09|DESPEJAR LA MENTE

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  Fallé.

  Él no falló.

  Jamás me ha fallado.

  Yo le fallé.

  Le fallé.

  Le fallé de nuevo.

  Él no se merece esto. Creo que nadie se merece esto, pero ya lo hice. Ya está no hay marcha atrás, no puedo cambiar el pasado, y si pudiera, cambiaría muchas cosas pero...

  Su mirada dolida no se va de mi mente. La sonrisa triste que me dedicó antes de irme. La rabia que pude ver entre su dolor. Todo viene a mí de golpe y no soy capaz de contener el sollozo que escapa de mí.

  Ahí en la oscuridad de mi habitación con una leve luz proveniente del baño, a mitad de la madrugada, acurrucada entre las sábanas de mi cama, me dejo ir en llanto.

  La culpa se arremolina en mi pecho junto con el dolor. Y como soy una auténtica masoquista, tomo mi teléfono entrando a la galería a ver nuestras fotos juntos. Deslizo el dedo por la pantalla viendo foto tras foto, hasta llegar a la más reciente. Es un selfie que nos tomó Carl, él tiene su brazo izquierdo sobre mis hombros, abrazándome, mientras yo planto un beso en su mejilla.

  Le fallé.

  Me quedo con la vista fija en la pantalla del móvil y una lágrima cae en ella, la retiro y sigo viendo la foto hasta que este comienza a sonar con una llamada entrante.

  Dudo en contestar y la llamada se corta antes de que pueda aceptar o rechazarla. Y es mejor así porque de escuchar su voz solo me hará sentir más culpable aún, me recordará que fallé y es lo que menos quiero.

  Vuelve a entrar otra llamada. Respiro hondo antes de dejar que siga sonando en mi mano. Lo intenta tres veces más, hasta que se da por vencido mandándome un mensaje de texto.

  Lucas:

Me enteré de algo...

  Ignoro el mensaje, dejo el teléfono en mi mesita de noche y me levanto para ir al baño. Miro mi reflejo en el espejo sobre el lavabo y me aspecto no es muy bueno. El cansancio en mis ojos hinchados e irritados es notorio, así como la pena en mi cara.

— ¿Cómo pudiste pensar así de él, Mia? —Me pregunto a mí misma antes de echarme agua en la cara.

  Seco mis manos con una toalla y vuelvo al cuarto tomando de nuevo el teléfono. Frunzo el ceño encontrando dos mensajes más de Lucas.

  ¿Es que acaso no duerme?

  Lucas:

Vamos, sé que estás despierta.

  Lucas:

Puedo ver el movimiento a través de tu ventana.

  Observo hacia la ventana y las cortinas están corridas hacia los lados. No me molesto en cerrarlas, al contrario, las dejo así ignorando los mensajes de Lucas.

  Tengo unos minutos de calma viendo un punto indefinido en la pared. Me digo que debo hablar con Carl, pero... ¿para arreglar las cosas? Lo dudo.

  Supongo que tenemos un confianza rota... Y es algo difícil de reconstruir. No estoy segura de que él quiera intentarlo de nuevo, pero por mi parte tengo claro lo que quiero hacer.

  La puerta de mi habitación se abre de repente, y la desilusión aparece al ver que se trata de Hannah.

  ¿A quién esperaba? ¿Al príncipe que todas quieren, o al villano que quiere robarse a la princesa?

El chico de al ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora