08|LO QUE NO ESTÁ BIEN

53 7 2
                                    

— ¿Estuviste llorando? —pregunta de vuelta.

—Eso no es asunto tuyo, responde mi pregunta.

—Solo quería estar aquí cuando llegaras. Estaba muy preocupado por ti.

  Proceso sus palabras y antes de responderle me encamino a mi cama, que es donde se encuentra sentado, y tomo una sábana para cubrirme.

  ¿Ahora se preocupa por mí? ¿En serio?

— ¿Estabas preocupado por mí? ¿Tú? —pregunto sin esperar respuesta—. No me vengas con eso ahora, Lucas. No creo que te preocupes por mí, nunca lo hiciste y nunca lo harás.

  Su rostro se descoloca, pero se recompone de inmediato.

—No. Ese es el dolor hablando por ti. Sabes que lo que dices es mentira, sabes muy bien que yo siempre me he preocupado por ti. Siempre estuve al pendiente de ti. Lo sabes, Mia, no intentes hacerlo ver diferente.

  Una risa triste sale de mí.

—Sí, puede que el dolor me haga hablar. Un dolor que tú causaste, un dolor que nació cuando no te preocupó engañarme, no te preocupó lo que llegara a pensar. Solo estuviste evitándome estando al pendiente de Jacqueline. Lanzaste dos años de noviazgo por la borda, Lucas, dos —Mi voz se quiebra, pero no me detengo—. Tú... Tú nunca te detuviste a pensar en los días incontables en los que lloré, en las noches que no podía dormir pensando en qué hice mal.

  Para cuando termino, gruesas lágrimas ruedan por mis mejillas.

  Al parecer hoy es la noche de "llorémosle a Lucas". Qué lindo.

  Lucas al ver las lágrimas se apresura a tomar mi rostro entre sus manos pero me alejo de él antes de que lo logre.

— ¡No me toques! —ordeno histérica, él se aleja pero no parece sorprendido.

  Paso mis manos por mi cabello suelto.

»Je te hais.

  Bajo la mirada, apoyo la espalda en la pared y me dejo caer en el piso, sentada. Este día a sido muy agotador, demasiado.

—No, tú no me odias.

  Levanto mi vista sorprendida de que me entienda. Él me observa antes de sentarse frente a mí, con ambas piernas estiradas a mis costados.

—Tienes razón, yo nunca podría odiar a quien amé tanto, pero eso no significa que no pueda tener un poco de resentimiento hacia ti.

  Me observa y lo que hace a continuación me descoloca por completo. Lucas me toma por la cintura y me sienta a horcajadas sobre él.

— ¿Qu-Qué haces? —balbuceé.

—No hiciste nada malo cuando estuvimos juntos. Y te equivocas, siempre me preocupé por ti. Incluso cuando te evitaba y terminé contigo, también. Sé que estás dolida conmigo, que te hice mucho daño, pero no fuiste la única que sufrió aquí. Sí, yo terminé contigo, pero tuve mis razones y no me hizo feliz hacerlo.

—Parecías feliz con Jacqueline.

  Toma mi rostro entre sus manos y me acerca tanto al suyo que puedo sentir su respiración abanicando mis labios.

  De inmediato siento una corriente recorrer mi cuerpo. Como aquella vez en su auto, cuando tomé su mano.

—Con Jacqueline las cosas fueron diferentes.

— ¿Qué tan diferentes? —pregunto sin apartar mi mirada de sus labios. Él pasa su lengua por ellos, humedeciéndolos.

—Tan diferentes que hacer esto no me provocaba nada.

El chico de al ladoWhere stories live. Discover now