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Y una mierda.

Preguntar sobre religión no era sencillo, nunca le había preguntado a nadie en los dieciséis años de vida que tenía, ni siquiera a sus padres.

Además, muy dévoto no era, obviando el hecho de que sus padres no lo eran tampoco, cuando descubrió su orientación sexual decidió que definitivamente la religión no era algo que fuera con él.

Habían pasado apenas dos días desde que dijo que le preguntaría a Jisung sobre su religión, al principio le había parecido una idea estupenda, en serio, tan genial como ver películas un domingo, pero cuando le llegó la oportunidad, en forma de un encargo para la iglesia, Chenle no pudo ni siquiera hacer algún comentario estúpido muy propio de él, nop, sólo se quedó callado todo el camino.

La siguiente vez que tuvo oportunidad, terminó soltándole a Jisung el dato random de la cantidad de piel que pierde el ser humano al año. A Jisung, por primera vez en el tiempo que llevaba tratando de hablar con él, pareció interesarle lo que dijo, pero Chenle estaba lo suficientemente avergonzado como para continuar hablando de ese tema.

Y ahora estaba ahí, dentro del baño para caballeros de la iglesia, limpiando el espejo mientras estaba sentado encima de la superficie de mármol pulido del lavamanos, mirando a través del espejo a Jisung, que despegaba los chicles de las puertas y hacía muecas de asco cuando alguno de estos no se despegaba.

En esta ocasión, aunque se sentía con la valentía para preguntarle lo que llevaba días pensando, no estaban solos.

—Sung, pásame la esponja, por favor. —Hyojung, que limpiaba arduamente los escusados de cada baño, estiró la mano fuera de uno de los cubículos hacia el mencionado, esperando a que él le pasara lo que pidió.

Jisung se acercó hacia la canasta plástica en la que metieron todos los utencilios que utilizarían para limpiar, tomó una esponja amarilla que tenía una parte de color verde oscuro y se la puso a Hyojung sobre la palma de la mano que aún tenía extendida.

A Chenle, Hyojung le caía... Bueno, no estaba seguro de cómo. Ella era mayormente agradable con todo el mundo, excepto con Renjun y Seojeong.

Veía a Renjun con los ojos entrecerrados cada vez que llamaba a Seojeong “mi novio”, chasqueaba la lengua cuando los veía abrazarse, insistía en llamar a Seojeong todo el tiempo por “ella” y sí, ese no representaba gran problema para nadie porque Seojeong también se consideraba una chica, pero era realmente molesto que ella corregía a Renjun cada vez que se refería a Seojeong como “él” y lo veía como si fuera un idiota por no utilizar el pronombre correcto.

Cuando ni Renjun ni Seojeong estaban cerca, Hyojung era un pan de Dios, aunque no lucía especialmente contenta de ver lo cercano que era Chenle con Sungchan, pero como no había confirmado la sospecha que seguro tenía, no trataba a Chenle abiertamente mal ni hacía comentarios sobre su sexualidad.

Entendía que ella había sido criada de esa forma, pero consideraba que sus padres pudieron haberla criado mejor, de preferencia, debieron enseñarle a respetar a los demás. Que lo hacía, claro que lo hacía, pero la delgada línea entre respetar y creerse con el derecho de opinar sobre la vida ajena no estaba muy clara para ella, parecía que la tenía desdibujada o que directamente nunca había existido.

Consideró la posibilidad de pedirle a Jisung el trapo seco que estaba entre las cosas de la caja, pero finalmente decidió bajarse de un salto de la superficie del lavamanos e hincarse frente a la caja para buscar el trapo. De todas formas, Jisung entraría en pánico si le hablaba, así que mejor tomó el trapo y volvió a subir de un salto sobre el mármol pulido, a través del espejo vio que Hyojung lo estaba observando fijamente, estaba hincada frente al escusado del penúltimo cubículo, con un par de guantes amarillos de goma y el cabello apenas sostenido en una coleta alta.

Preach ↠Jichen/Chensung↞Where stories live. Discover now