Un muerto viviente.

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El turno muerto.
Mejor conocido como turno nocturno se trata de la jornada laboral de 8PM a 6AM necesitando de 7 horas de trabajo para ser considerado horario nocturno según dicta la ley federal de trabajo.

No muchos suelen elegir este horario al empezar su contrato laboral por varios factores; el salario, el seguro, la salud y el miedo.

La noche es oscura y silenciosa, uno nunca sabe que tipo de cosas le pueden ocurrir a medias 3AM en el trabajo sin mencionar que gran parte de la ciudad se encuentra cerrada a excepción de aquellos lugares sustentados por el gobierno como tribunales, estaciones policiales o hospitales.

El hospital Las ruinas.

Un hospital de primera abierto 24/7 para todo aquel que lo necesite incluso siendo un edificio de emergencias prestigioso por el turno nocturno tenia menos de la mitad de trabajadores que los que tenía en el turno matutino, está falta de personal era aún más evidente en su subsuelo, la morgue;

Un lugar frío cuyo único sonido resonante eran los de los refrigeradores, la morgue era muy espaciosa y limpia pero con un gran olor a hierro en el aire sin mencionar de la luz blanca que provocaba sombras detrás de los escritorios, la morgue se encontraba completamente vacía a excepción de un médico joven de tez semi clara con su corto cabello negro sujetado hacia atrás, sus ropas bajo la bata blanca eran completamente oscuras y abrigadoras.
Este médico forense se encontraba apoyado contra la mesa de disección cenando un bollo de canela pre fabricado estando ajeno al hecho de que había un cadáver posado en medio de la mesa y cubierto con una manta.

Terminando su cena el médico forense se incorporaría limpiando su mano de cualquier resto de comida y quitaría la manta del paciente tomándose su tiempo para observarlo no sé necesitaba ver sus documentos para darse cuenta de la evidente falta de salud del cadáver cuando estaba en vida, su cabello lleno de canas, sus grandes ojeras, una cicatriz por quemadura de segundo grado en su ojo derecho, manchas morenas por debajo de sus uñas desgastadas, piel increíblemente pálida dejaba ver sus venas oscurecidas y la poca masa corporal


El forense sujeto la manguera conectada al grifo del fregadero especializado de la morgue y giro de la llave dejando salir un chorro de agua fría sobre la piel desnuda del cadáver especialmente su rostro para quitarle el cabello de la cara y la sangre seca saliente de su nariz posiblemente al caer contra el suelo antes de fallecer.

Una vez su "paciente" ya estaba empapado labaria sus manos y cerraría el grifo dejando la manguera en su lugar para empezar a prepararse colocándose un par de guantes de goma nuevos, un gorro quirúrgico, un delantal de tela y plástico, su cubrebocas de preferencia y como detalle también se arremango.

Empezando ahora sí con su trabajo empezaría a acomodar los materiales que usaría abriendo dos bolsas para los órganos donantes y desechables, sus químicos y su larga bandeja de cuchillas. Una vez todo listo miro la hora que marcaba el reloj de la pared y después sujeto uno de los bisturis acercándose hacia la mesa de forma calmada posicionaria la punta del filo del bisturí sobre la piel pálida y transparente del paciente haciendo poca presión apenas lograría darle un rasguño cuando el pecho muerto se elevó de golpe junto a jadeos que rompían el silencio por completo, el médico retrocedió de un salto, su corazón latio con fuerza y el susto recorrió toda su columna dándole cosquilleos, no se esperaba que alguien reanimara en su mesa.

El joven de canas tosió con fuerza enderezandose hasta quedar sentado desequilibrandose de inmediato trataría de sujetarse a la mesa pero está al estar mojada su mano resbalaria estando por caerse cuando es sostenido por los hombros.

La morgue Kde žijí příběhy. Začni objevovat