El poderoso, popular y dominante omega Kyan Reki, no tenía competencia tanto en la preparatoria como en las carreras clandestinas en Crazy Rock, él y su grupo eran los reyes del "S", hasta que llegará un alfa canadiense a derrumbar su reino, cambiar...
Kiriko y los demás detectives llegaron al lugar, pero para su sorpresa, los chicos ya estaban reunidos con Reki, la mansión estaba en llamas siendo apagada por los bomberos y no había ni un yakuza alrededor.
- ¿Qué pasó aquí? ¿Y Jin? - Kiriko miraba dudosa a Ainosuke.
- Bueno... Los yakuza hicieron una rebelión y emmm al parecer asesinaron a Jin y luego quemaron la mansión - intervino Reki.
- Tú debes ser Kyan Reki - Kiriko miró al omega.
- Si soy yo... Jin me ayudó a escapar y todo parece indicar que murió - dijo Reki intentando parecer triste.
- ¿Y los yakuza? - preguntó mirando el entorno.
- Al escuchar las sirenas huyeron - respondió Tadashi.
- ¿Ok? - Kiriko miró a todos con ojos de duda y finalmente soltó un suspiro.
- Sólo porque eres mi amigo de infancia te perdonaré Ainosuke, ya tenía un gran caso para realizar y todo se derrumbó.
- Perdón amiga pero aunque no creas la coincidencia, justo hoy fue la rebelión yakuza - Ainosuke no estaba mintiendo.
- De acuerdo, lo dejaremos aquí ¿Y tú estás bien? - preguntó Kiriko mirando a Reki.
- Ah si... Gracias - respondió el omega un tanto perdido, no sabía quién era esa mujer.
- Mejor vayan a sus casas y descansen - les dijo Kiriko y caminó en dirección a su auto, pero antes se detuvo y miró a Tadashi - ¡Y tú! contrólate, te di permiso sólo por hoy, así que me tendrás que entregar todas esas armas.
- Tch - dijo enojado soltando las metralletas.
Habían logrado dejar libre a Jin y Daiki.
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Al llegar a su casa, Masae abrazaba a su hijo, luego le pegaba y luego lo volvía a abrazar.
- No vuelvas a hacer eso Reki - le decía y el omega le sonreía tiernamente.
- Perdón mami.
Langa se acercó a Nanako y también la abrazó.
- Adivina quién tiene novio - le dijo coqueto.
- ¡Ese es mi alfa! ¡Ay! Que emoción, ya quiero verlos juntos - decía Nanako emocionada.
- ¡Reki idiota! - Miya también lo abrazó y luego le pegó.
Masae preparó comida para todos, estaban festejando que todo había resultado bien, ya que hace un par de horas atrás estaban pensando en el peor escenario posible.
- Reki, recuerda que perdiste la carrera... Así que quiero una cita - le dijo Langa.
- No tengo alternativa, soy hombre de palabra - respondió Reki subiendo los hombros y sonriendo.
