El poderoso, popular y dominante omega Kyan Reki, no tenía competencia tanto en la preparatoria como en las carreras clandestinas en Crazy Rock, él y su grupo eran los reyes del "S", hasta que llegará un alfa canadiense a derrumbar su reino, cambiar...
- ¡Te he llamado miles de veces Kyan Reki! ¿Qué tanto hacías que no contestabas mis llamadas? - dijo enoja Masae.
- Ta... ¿Tareas? Acá en la casa de los Hasegawa - respondió Reki sonrojado mirando a Langa, quien estaba a su lado sonriéndole.
- Entonces estás con Langa, que alivio... Nanako también lo estaba llamando y no contestaba - Langa al escuchar eso, tomó su celular y vió todas las llamadas perdidas.
- Lo siento por no contestar, justo cuándo me escribiste ese mensaje, me encontré con Langa y vinimos hasta su apartamento - respondió Reki con voz baja.
- Genial, ahora necesito que los dos salgan con mucho cuidado y se vengan en algún taxi para acá, sean discretos y vengan con algún gorro, cubreboca o algo de ese estilo - dijo Masae con voz preocupada.
- ¿Mamá? ¿Qué está pasado? - Reki comenzó a preocuparse.
- Acá lo hablaremos mejor, cuídate cariño... Te quiero - al decir eso último, Masae cortó la llamada.
- Langa... Algo malo está ocurriendo, la voz de mi mamá era otra - Reki miró preocupado a Langa, quién lo abrazó a Reki y besó en la frente.
- Sea lo que sea, podremos solucionarlo - le dijo con dulzura.
- Langa...
- ¿Qué sucede Reki?...
- Mi mamá dijo que fuéramos inmediatamente a la casa.
- Si lo oí ¿Y qué tiene?
- Emm nuestras feromonas están mezcladas... Nuestras mamás descubrirán que lo hicimos.
- ¡Oh! Entonces tomemos una ducha antes de salir.
- De acuerdo, préstame alguna toalla.
Luego de bañarse y antes de salir de la casa, se volvieron a besar, ahora que ya habían probado los labios del otro, no podían parar.
Hicieron lo que Masae les dijo y pidieron un taxi y se cubrieron el rostro (el conductor del taxi los quedó mirando extrañado)
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Bajaron del taxi y entraron por la parte trasera de la casa entremedio de unos arbustos, esa era la salida secreta de Reki.
- ¡Mamá! - Reki y Langa llegaron hasta la cocina, donde ambas madres estaban preparando galletas.
- Finalmente llegaron - dijo Masae quién puso una bandeja de galletas al horno.
- ¿Mamá? ¿Sabes hacer galletas? - preguntó Langa impresionado.
- No pero Masae me está enseñando.
Ambas sintieron el aroma de las feromonas de tus hijos y se miraron con ojos de cómplices y una sonrisa malvada.
