El poderoso, popular y dominante omega Kyan Reki, no tenía competencia tanto en la preparatoria como en las carreras clandestinas en Crazy Rock, él y su grupo eran los reyes del "S", hasta que llegará un alfa canadiense a derrumbar su reino, cambiar...
- Listo - Reki había guardado toda la evidencia posible, guardó su celular cuándo de pronto escuchó pasos acercándose - Mierda...
Miró rápidamente y se escondió en un armario cercano tapándose con un abrigo que estaba colgando.
No escuchaba bien pero al parecer habían entrado dos personas.
- Se cree la gran cosa, sólo estoy con él por esa ridícula deuda pendiente - decía uno de los sujetos.
- Ya quiero comenzar con nuestro plan, Jin se arrepentirá de todo lo hecho - decía el otro hombre.
- ¿Los demás ya te confirmaron?.
- Si, durante la tarde tendremos todo lo necesario, así que el Clan tiene las horas contados jajaja.
Los hombre se fueron, Reki salió despacio del armario mirando con cuidado a su alrededor.
- No puedo creer mi mala suerte, harán un tipo golpe de estado y yo estoy acá... - Reki salió lo más discreto posible, cuándo estaba por llegar a su habitación, Jin venía saliendo de ella.
- Reki... ¿Dónde estabas? Te vine a buscar y te esperé pero no llegabas - dijo Jin con desconfianza.
- Fui... Al jardín, me gustan las flores - dijo Reki, rezando para que Jin creyera la excusa.
- ¿En serio te gustan las flores? - Jin lo miró con su cabeza inclinada y comenzó a reír - cómo rechazaste mis flores pensé que no te gustaban.
- ¿Qué hubieras hecho tú si un completo desconocido llega con flores y de paso le pega a tu amigo?.
- Mmm no sé, nunca tuve un amigo, no sabría responderte - respondió Jin mirando hacia otro lado - Te venía a buscar para que fuéramos a comer, pedí algo delicioso para comer.
- Ok, vamos - Reki sintió la mirada triste de Jin, a pesar de haberlo amenazado, no lo había tocado sin su consentimiento y lo había tratado bien, pero aún no lo perdonaría por lo de su padre.
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- Reki... Perdón por lo de tu padre, yo sólo ordené darle un susto pero mis hombres se pasaron, como la cabeza del clan debo hacerme cargo del error, la verdad no soy bueno con la gente y siempre recurro a amenazas, se me hace más fácil... Después de todo fui criado en un clan de Yakuzas, sin el cariño de una madre y mi padre las veces que está en Japón con suerte me dirige la palabra - Jin le contaba su vida mientras comían el banquete que había pedido.
Reki lo miraba con tristeza, se podía notar el dolor en sus palabras, tal vez Kimura Jin no era tan malo en su interior, y ahora que sabía que su gente planeaba una rebelión, estaba dudando si contarle o no.
- ¿Por qué estás diciéndome todo eso? - preguntó Reki.
- Quizás porque eres distinto a los demás, me dan ganas de contarte mis cosas... Tú forma de ser me atrae como no te imaginas - contestó Jin.
