Cabrones

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Había pasado una semana desde las muertes de Horacio y Gustabo, aún no estaba preparado su funeral pues prefirieron realizarlo este domingo ya que todos los agentes tendrían el día libre.

Todo el mundo estaba devastados, a nadie se le ocurriría que Gustabo fuera capaz de hacer tremenda locura aunque si bien sabían que este era un impulsivo y podía llegar a ser psicópata pero jamás llegar es esos extremos.

Volkov no paraba de repetirse una y otra vez que fue su culpa pues el tuvo que impedirse a que entraran en el operativo ya que según él en estos momentos seguirían vivos.

Por otra parte Conway se reconcomía en la culpa pues él pensaba que si no hubiera jugado de esa manera con Gustabo no hubiera llegado a ese extremo el rubio.

Todos estaban destrozados incluso Steffany, quien lo diría esa tremenda hija de puta sin sentimientos estaría triste. ¿irónico no?

-Conway la malla esta en el cementerio, ¿le queda mucho?-pregunto el peligris-

-No iré Volkov.-contestó el mayor-

-Déjese de gilipolleces y levantase de esa silla.

-Te he dicho que no voy, no tengo el valor de ir.-suspiro-

-Tiene que entender que no es su culpa, ni la de nadie fue un accidente.-dijo con pena-

-Pero si yo no la hubiera cagado tanto...-fue interrumpido-

-Para de una vez con ese tema, el arrepentimiento, los lamentos o la culpa no van a traer de vuelta a Gustabo y Horacio.-dijo enfadada Michelle-

-Sabes que tengo razón.-siguió Conway-

-¡Para de una puta vez! ¡Esos chicos han muerto por un maldito accidente!-dio un golpe en la mesa para después salir dando un portazo-

-Esta demasiado afectada.-paso sus manos por su pelo Jack-

-¿Que esperabas? Eran como sus hijos, sobretodo Gustabo y lo sabes perfectamente.-recordó Volkov-

-Lo sé pero nunca entendí porque siempre anteponía a Gustabo ante todo.

-Porque le recuerda a su hijo Jack, era la viva imagen de su niño y ahora Gustabo, Horacio y su hijo están muertos.

-Vayamos al cementerio, quiero acabar con esto cuanto antes.-suspiró Jack mientras caminaba hacía la puerta-

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-Hoy estamos aquí reunidos para darles el último adiós a estos dos chicos que nos protegieron y salvaron como policías.-dijo el padre mirando las dos tumbas con sus respectivas lápidas donde estaban sus nombres y sus fechas-

-Les damos un último adiós a estos héroes que nos sacaron millones de risas, descansan en paz Gustabo García y Horacio Pérez.-terminó de hablar el cura para persignarse-

Después de unos minutos terminaron la respectiva misa y la gente empezaba a irse cuando solo quedaron tres personas frente a sus tumbas, Michelle, Viktor y Jack.

-Estos cabrones no deberían estar muertos.-dijo Jack-

-¡Pedazo cabrones! ¡Os dije que tuvierais cuidado!-dijo llorando Michelle derrumbándose en el suelo- 

-Michelle, por más que los extrañemos no podemos hacer nada.-habló Volkov abrazando a Michelle-

-Será mejor que nos retiremos, no tenemos nada que hacer aquí.-ordenó Conway marchándose-

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Conducía bajo la lluvia pensando en todo y a la vez en nada, me sentía cansado y agobiado.

A pesar de intentar convencerme a mi mismo de que no fue mi culpa que ellos murieran algo dentro de mi sabía que mentía, algo dentro de mi sabía que yo si era el culpable.

Al llegar a mi edificio aparque el coche en el garaje para luego subir en el ascensor hasta mi piso, no tenía ganas de nada por lo que al llegar salí al balcón y saque la cajetilla de tabaco.

Solo podía fumar y pensar en su maldita muerte, en esas jodidas grabaciones del patrulla donde Gustabo gritaba que lo había utilizado.

En un momento de frustración dio un puñetazo en la barandilla del balcón dejando mi mano sangrando y adolorida.

Tras eso volví a entrar dentro para servirme una copa de whiskey para más tarde dirigirme hacía la ducha y poder ir a descansar o tan solo tratarlo.

En un solo trago me termine la copa y fui al baño a darme una ducha de agua caliente, apoye mi espalda en la pared de la ducha mientras sentía el agua caliente recorrer todo mi cuerpo.

Fue ahí cuando sentí mis lagrimas recorrer mi cara mientras mi mente recordaba cada momento que había pasado junto a Gustabo, cada tontería que hacía Horacio y cada gilipolles que hacían juntos.

Momentos que se quedaran en el pasado y recuerdos que quedaran en el olvidó.


Continuará...

Eres mío ; IntenaboWhere stories live. Discover now