Inefable

Cita en la nieve

<tin>

Sonó una campanita al momento que pasaron ambos a aquel lugar

—Mira estás hacen juego con las mías —dijo aquella chica presumiendo sus guantes los cuales se los había comprado Narcissa

—Sí son muy bonitos, mira ahí están tus guantes —intervino señalando unos guantes en una vitrina y ambos se acercaron rápidamente a aquella vitrina— ¡Que demonios! —exclamó el pelirrojo sorprendido 

—No son los mismos, son parecidos nada más —explicó nerviosa

—Cuestan una fortuna —dijo aquel chico que seguía sorprendido 

—Bueno no son los mismo, mira el mío tiene una joyita aquí —agregó señalando la parte baja del guante

—Claro que lo tiene —intervino una persona que al parecer era la dueña de aquel lugar— fue puesta por mi linda, es personalizada

Tanto Fred como Lia se sorprendieron, la cantidad de galeones que había costado el guante normal era enorme y si ahora aumentamos lo de la joya era insuperable

—Por lo que veo le haces honor a esa pieza —dijo sonriendo— tu mamá te quiere mucho

—Oh ella... —susurro apunto de decir que no era su madre pero ¿Por qué lo debía decir? aquella chica la considera su madre— si, yo también la quiero

Fred se quedó sorprendido y confundido, pasaban muchas cosas en tan corto tiempo 

—Que hermoso, ella dijo que era muy especial un regalo para su pequeña hija- le comentó la dueña pero la chica no respondió

"Acaso Narcissa dijo que era su hija"

Su felicidad era inmensa como si hubiese tomado una poción de Felix Felicis, ella estaba embriagada de felicidad tanta que no podía controlar y Fred se dio cuenta, pero él no quería quitar esa mirada de felicidad así que sola la contemplo igual de feliz que ella

—Entonces... —dijo la dueña que estaba confusa— necesitan mi ayuda

—Oh em sí —respondió saliendo de sus burbuja— queríamos este guante —agregó apuntando el guante que había agarrado

—Ese está dos galeones, peroo —dijo entrando por donde estaban las vitrinas que tenían guantes más caros— este está ocho y es de mejor calidad, abriga más

—Uhhh —Lia agarro el guante y empezó a observarlo

—Estaré aquí si desean algo más

—Son lo mismo solo que uno es más barato —opinó Fred 

—Ay vamos Fred, no nos está engañando si es lo que crees, mira —aquella chica le colocó el guante caro en la mano derecha y el guante económico en la mano izquierda

Fred si sentía la diferencia, era verdad la señora no los están engañando no era un guante caro no tan caro como el de la muchacha y era más abrigador que el de dos galeones

—Por lo menos no cuesta doscientos galeones

—Quinientos —lo corrigió la señora quien se había acercado— trescientos del diamante

—¡Oh por las... por Merlin! ¿¡Qué llevas en las manos Lia¡?

—No lo sé... —respondió Lia viéndose las manos algo asustada

Ambos estaban sorprendidos, pero después de un rato en procesar la información al fin volvieron al tema principal que guante se llevarían

—Llevaremos el de ocho —avise rápidamente antes de que la señora dijera algo más aterrador sobre aquel guante

—Con gusto se lo empacó