Cadena 33

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Ryuichi estaba leyendo unas hojas que Misaki le había dado. Pero tenía una duda importante por lo que quitó la vista de las hojas y volteo a ver a Misaki, este se encontraba meditando.

Misaki —Ryuichi le habló a Misaki mientras esperaba pacientemente.-

—Respiró profundo mientras abría los ojos.- Dígame…

Mmmm, quiero saber lo que le pasó hace cuatro años…
—Dudó un poco, pues cree que es algo muy personal, pero Misaki parecía no molestarse.-

Estuve a punto de quedar paralítico por el resto de mi vida. —Respondió sin reserva, mientras se levantaba con ayuda de su mano derecha, quien no decía nada-

Ryuichi se quedó en shock, pero Misaki sólo lo volteó a ver mientras se sentaba frente a él.

Puedo contarle, pero sólo unas pocas personas conocen ese incidente. Evidentemente de esta habitación usted es el único que desconoce lo que pasó, por lo que si alguien más se entera tendré que irme del clan de manera permanente y de ser así, ni siquiera un llamado de mis hombres, de su padre o el mio me hará regresar. ¿Quedó claro? —Misaki puso las cartas sobre la mesa, esperando la respuesta de Ryuichi.-

Si, no hablaré sobre esto con nadie. —Ryuichi contestó seguro.-

Bien…

Hace cuatro años, fui a buscar un contacto en Australia, dicho contacto fue de gran utilidad. En ese incidente murió el hijo de mi madre, Takahiro. Todos piensan que él vive, pero en realidad murió en el mismo accidente en el que casi pierdo la movilidad de mis piernas.
Llegando de Australia colocaron una bomba de bajo impacto en la cochera de mi camioneta, pero por causas del destino, Takahiro quería tomar el mando de mi gente, algo que evidentemente no le permití, por lo que él se fue molesto, después me informaron de la explosion y la perdida de personal. —Guardó silencio por un momento, pues Mishell le llevó un poco de fruta y un té para bajar el dolor de la columna. Entregando a su vez comida a Ryuichi por órdenes precisas de Misaki.-
Después hubo una balacera, perdí mucha gente de confianza, en total fueron 10, me dispararon por la espalda y casi muero…

Misaki guardó silencio, si bien es algo que ya no le molesta, cuando recuerda cómo su gente hizo lo posible por protegerlo y cómo fueron asesinados, ese recuerdo hace que su sangre hierva de coraje. La venganza llegó en su momento, pero recordar a su gente en el suelo, le da una sensación de incomodidad y enojo.

Ufff, en fin. Después de eso fui sometido a dos intervenciones quirúrgicas y fueron varios meses de terapia física, por lo que desde pues de casi un año más o menos, recuperé la movilidad, pero con una amenaza de regresar a la silla de ruedas de manera permanente. Me cuido un poco, pero a veces es difícil en esta industria. Además de que debido a todo eso, sufrí un cuadro de anemia muy fuerte por lo que debo comer a mis horas y dormir el tiempo necesario para recuperar mi energía y mantenerse en buen estado.

Pero mi amo no logra reponerse totalmente, ya que algunas personas no aprenden adecuadamente y mi amo debe hacer el doble de esfuerzo en la mitad de tiempo. Debería ser el líder de una vez, después de todo conoce cada esquina del negocio. —Mishell habló mordaz mientras era evidente su enojo hacia Ryuichi, ganando una mirada de reprimenda por parte de su amo.-

Mishell, cállate. Mejor tráeme un poco de sushi y un vaso de jugo recién hecho. —Misaki corrió de manera evidente a su mano derecha.-

Como ordene amo, permiso. —Se inclinó ante su amo y salió de la oficina, mientras iba con una sonrisa de satisfacción, pues todos los miembros del clan ven como un amo legítimo a su amo y esa es la verdad. -

El tiene razón. —Ryuichi no tuvo de otra que aceptar el punto de vista de Mishell.-

No, eso no es verdad. Yo estoy bien con mi rango, tengo mucho dinero y poder, no lo necesito realmente. —Misaki dejó pasar las palabras de Ryuichi.- ¿sabe jugar ajedrez?

—Ryuichi se sorprendió por el cambio abrupto de tema pero respondió.- Si, si se jugar ajedrez.

—aplaudió con una sonrisa.- Perfecto, apostemos…

¿Qué quieres perder? —Sonrió al ver al más Joven.-

Mmmm apuesto mi carro y mi moto, más dos millones de dólares. —Misaki lanzó su apuesta-

Yo pongo el casino de Italia que vale 7 millones de dólares, más un millón de dólares. —Dio una apuesta similar.-

Hecho…

Ambos comenzaron a jugar, Misaki estaba tranquilo y Ryuichi sorprendido por la nueva información obtenida y por el comentario de la fiel mano derecha de Misaki.

Esclavos del Destino. Sueños Rotos.Where stories live. Discover now