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-Buenas tardes, bienvenido a Blue Coffe ¿Qué desea ordenar?

Su usual bienvenida acaricia mis oídos en cuanto mis pasos se frenan justo en frente de él a poco centímetros del mostrador que nos separa.

No voy a mentir, me siento muy superior a muchas personas en varios aspectos de la vida, soy inteligente, atractivo, multimillonario, tengo control, con solo decir una palabra tengo al maldito presidente de la nación besando mis pies, y si bien Park Jimin saluda a cada cliente que entra por esa puerta de la misma forma, la sonrisa completamente sarcastica que tiene en sus labios justo ahora solo me pertenece a mi, y eso me hace sentir aún más superior que cualquier otra persona.

-Buenas tardes, Jimin-Ssi ¿Cómo va tu día?

Le pregunto iclinándome sutilmente en su dirección.

-Tranquilo por suerte, solo tuve dos horas en la universidad ¿Y usted, señor Jeon? Siempre llega exactamente cuando comienza mi turno, me sorprende su puntualidad ¿Lo dejan salir del trabajo?

Su pregunta hace que una sonrisa se dibuje en mis labios, a esto me refiero, ya pasaron más de veinte días desde que visito este café, poco a poco estoy entrando en su vida convitiéndome en parte de su rutina, nota mi presencia con facilidad lo cual significa que mi ausencia le va a llamar la atención de inmediato, y eso le sumo el pequeño percance con ese viejo de traje barato, comienzo a ganarme su confianza, empieza a hablarme sobre él con naturalidad y le interesa preguntar sobre mi también.

La mejor parte de todo es que se a la perfección que no me esta mintiendo, mis hombres lo están vigilando tal y como le ordene a Taehyung, se donde esta a cada minuto, se hacía donde va a cada hora, solo paso un día desde que comenzaron a vigilarlo y aún nada sospechoso apareció, pero se perfectamente que no puedo bajar la guardia, porque si bien su apariencia es hermosa, sus ojos son tan oscuros como los míos y no hablo del color.

-Me alegro, mi día fue algo...agitado puede decirse, el vicepresidente de la empresa en la que trabajo es bastante histérico, y respecto a eso, no tienen problema con que salga del edificio siempre y cuando haga mi trabajo.

Le respondo con naturalidad evitando por completo la parte en la que digo el nombre de la empresa y mi posición en ella.

-El señor Jeon un empresario, debo admitir que me lo esperaba, sus trajes tan variantes en cuanto a colores lo delatan.

Una pequeña carcajada se escapa de mis labios en cuanto se burla de la gama de color de mi ropa sin un poco de pudor.

-Aunque no lo creas mi color favorito es el rojo.

Afirmo siguiéndole el juego causando que el que ria esta vez sea él.

-Que coincidencia, dicen que el rojo me queda muy bien.

Me responde en un tono mucho más coqueto de lo usual causando que una sonrisa de superioridad se dibuje en mis labios.

-No lo dudo pero me gustaría confirmarlo con mis propios ojos.

Mientras esas palabras salen de mis labios apoyo las palmas de mis manos sobre el mostradosr inclinándome aún más en su dirección causando que su sonrisa se haga aún más grande, aún más sarcástica, atrayente y coqueta...esos pomposos labios rosados podrían ser la perdición de cualquiera.

-Algún día quizá ¿Va ordenar lo de siempre, señor Jeon?

Me pregunta causando que yo asienta en respuesta, él se limita a crear la orden, me cobra once mil quinientos wones como cada día que vengo, pero esta vez en lugar de ir a sentarme en espera de mi pedido voy a intentar algo nuevo.

Closer [Kookmin au] 📘Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon