01 Una chica rubia.

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Leonel.

Supongo que todo esto comenzó en aquella fiesta en casa de Jesse, al término de mi segundo año en el instituto. Los chicos dijeron que sería una pequeña despedida para mí, aunque después de ver a más de 20 personas que no creía conocer ni por error supuse que quizás el rumbo terminó un tanto diferente.

Primera noche de verano (Vacaciones)
20 de junio
3 A.M.

Salgo de la casa buscando evitar por unos momentos el bullicio que hay dentro, a decir verdad desde siempre el hecho de estar rodeado de tantas personas me hostiga, sin embargo aquí estoy, porque es cool. Porque de esa manera encajo con los demás y porque entonces evito problemas. Simplemente finjo que estoy bien con todo esto. Y a decir verdad no es tan malo, digo, las fiestas, el alcohol, sexo y los amigos le vienen bien a cualquier adolescente ¿No?

Pero en estos momentos no se qué hacer o pensar. Hace un mes que mamá me ha dicho lo del cambio de instituto. ¡Y una mierda! Justo en el último año.

¿Qué se supone que haré? Imagino que no podré llevarla tan bien como hasta ahora.

Ignorando la causa por la que te transfieren, me recuerda mi consciencia.

Pero, es decir, estoy dejando atrás lo único que conozco, las únicas personas que están conmigo. Y lo digo literalmente, puesto que estoy más tiempo fuera de casa con ellos, que con mi familia.

Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando alguien aparece en el umbral de la puerta trasera de la casa

-Oye Leo! ¿Qué pasa amigo? ¿Por qué estás aquí?

¿Quién eres? Ah sí, el primo de Joshua, te conocí la semana pasada en el autolavado.

-¡Salí a fumar un poco! - le grito

Tengo la esperanza de que regrese por dónde vino para volver a estresarme en soledad con mis pensamientos...

Pero entonces veo que se acerca caminando, trae una botella de cerveza en la mano. Adiós esperanzas.

-¿Y el cigarrillo?

-¿Qué? - no puedo evitar voltear un poco la cara cuando noto que el olor que desprende es asqueroso, como si hace dos días hubiera vomitado o se haya meado y el tipo no conozca una regadera

-¿Dónde está el cigarrillo?

-¿Cuál cigarrillo?

-Dijiste que estabas fumando, quería ver si me compartías un poco, perdí mi cajetilla allá adentro.

-Ou cierto, cierto, pues ammmm creo, creo que también he perdido la mía.

El tipo se me queda viendo con escepticismo y yo sólo puedo pensar en lo tonto que soy algunas veces.

-Amigo, eres algo raro.

-Sí, me lo han dicho por ahí - finjo reír un poco

Pasan unos segundos en los que nos quedamos viendo a la nada.

-Bueno, me largo, aquí hace frío. - Me da una palmada en el hombro antes de dar media vuelta - Tú también deberías venir, se supone que es tu fiesta.

¿Enserio? Eres el único que se ha dado cuenta que estoy afuera y eso que fue por error.

-Claro, en un momento entro.

Cuando escucho que la puerta se cierra me dejó caer en el pasto y vuelvo a atormentarme con mis pensamientos. Estoy nervioso, nuevamente estaré solo, nuevamente sentiré que todos me miran y susurran sobre mí, no más reuniones como estás y estar acompañado en el almuerzo, aunque mayormente ni siquiera almorzamos, Jesse y los chicos se la pasan molestando y sacando pelea a los demás. Yo también, pero a diferencia de ellos que lo hacen por diversión y simple manía de probar quien es el más cabrón, yo lo hago para encajar con ellos.

Había tenido problemas para socializar desde los 7 años, cuando obtuve la cicatriz. Y entonces un día un chico insulta a mamá y lo muelo a golpes, Jesse se fija en mí, y me acepta como parte del grupo. Desde entonces no me separo de ellos. No me siento solo.

El hecho de irme de la ciudad y entrar a una nueva escuela para como dice mamá "tener oportunidad de entrar en un mejor equipo de atletismo" me deja en un limbo. No tendré a nadie, otra vez. Sin amigos y sin familia. Como un perro.

Vuelvo a oír la puerta abrirse. Ay no, aquí viene el que apesta de nuevo.

Empiezo a levantarme cuando noto que no es él. Es Lilibeth, vestida con un vestido rosa muy mono con pequeñas flores amarillas que le queda arriba de las rodillas y su cabello rubio suelto. Es hermosa.

-Leo ¿Por qué no entras?

No sé me ocurre nada ingenioso para decir así que sólo respondo - Miro las estrellas

-Vaya forma de pasar la noche

-Lo sé, increíble jajajaja

Nos reímos un poco.

-¿Es cierto? ¿Te vas?

-Es una fiesta de despedida, así que supongo que sí

-Estoy hablando en serio

-Yo igual.

Le dirijo una sonrisa pero ella vuelve a hablar

-¿Por qué? ¿Es por lo que pasó... con... tú papá?

Me vuelvo a sentar y doy unas palmadas en el pasto a un lado de mí para invitarla a sentarse antes de responder

-Sí, supongo que sí. Mamá dice que es una mejor escuela y que tendré más oportunidades de sobresalir en atletismo. Pero, en el fondo sé que quiere alejarme.

Ella entiende y se toma su tiempo antes de volver a hablar.

-En verdad lo lamento mucho Leo, te voy a extrañar demasiado.

-Y yo a ti Lili.

Entonces se recuesta en mi hombro y nos quedamos asi un buen rato. Percibo su aroma, es fresco y agradable, como a flores, quizás lavanda.

Sí, adiós a todo esto. Y 'Hola' nuevamente al rechazo para un chico con una cicatriz.
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Primera madrugada de verano (Vacaciones)
20 de junio
5:45 A.M

Omnisciente.

Una chica rubia sale corriendo de la casa de aquel chico... Jesse. Los pocos transeúntes a esa hora notan que lleva un vestido rasgado y va corriendo aún a pesar de que le falte un zapato. Su cabello va enmarañado y en desorden. Y en su cara se puede reflejar el miedo, la ansiedad y el terror. Aún así, nadie la detiene para ofrecerle ayuda.

Al mismo tiempo, en la misma casa de la que se le vio salir, un chico con una cicatriz duerme en un sofá, ajeno a saber que su vida está a punto de empezar a decaer de poco en poco.

FINISH LINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora