cinco. margarita: inocencia.

116 29 1
                                    

Zayn entró trotando al edificio y cruzó todas las casetas de seguridad

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.

Zayn entró trotando al edificio y cruzó todas las casetas de seguridad. Mientras andaba, las personas le reconocían y le saludaban. Había frecuentado el complejo muy seguido las últimas semanas. Apenas llegó a la recepción de la oficina, la que atendía le cuestionó algo muy importante. —Cariño, pensé que el caso de tu familia ya se había terminado. ¿Todavía estás citado con el Señor Payne? —se sonrojó, la mujer hablaba por teléfono y escribía en su computador. El que recién llegaba se sorprendía por su habilidad para ser multitareas.

Mi mamá quiere renovar la póliza del seguro de la florería y Lia- —se asustó, no podía verse tan amistoso a él, sería sospechoso— el Señor Payne le está ayudando a revisar la documentación para que no haya más problemas en el futuro —sonrió. La mujer asintió y después de comunicarse con el abogado en el teléfono, dejó abrir la puerta para cerrarla a espaldas del chico, quien le puso seguro y corrió hasta donde aquel.

Liam llevaba puestos sus lentes de lectura y sostenía en sus brazos descubiertos de las mangas de su camisa un montón de papeles en donde señalaba, hacía anotaciones rompía y escribía por encima de ellos. Algunas declaraciones semestrales de la compañía a las que le habían pedido les pusiera un ojo encima. Zayn dejó las cosas en la entrada y anduvo hacia él para sentarse en sus fornidas piernas, estrujadas por la tela de sus ceñidos pantalones. El abogado le tomó de la mandíbula para dejarle un prolongado beso, acariciándole la cintura de vez en cuando.

¿Podemos quedar a dormir juntos? —cuestionó Zayn.

No lo sé... creo que sería muy evidente lo que queremos ocultar, ¿No? —respondió. El otro bajó su cabeza en un puchero, recargándose en su pecho— lo que podemos hacer es que podemos cenar algo aquí, en la privacidad que nos da mi oficina. Y nos regresamos tarde, te dejo cerca de tu casa.

No pasó mucho para que las personas comenzaran a salir del edificio, solo quienes trabajaban tarde y las de limpieza se quedaron a deambular por los pasillos de la compañía. Liam había puesto algo en su computador y llevado un sofá al frente de este, en donde desabrochó su camisa sin quitársela y retiró sus zapatos. Un Zayn en short y suéter deportivo se recostó sobre él, abrazándole con mucha fuerza, como si no quisiera separarse nunca de él.

Veían una película cómica a petición del Malik, que de vez en cuando alzaba su cara para pegarse en los labios del otro. El teléfono de Liam nunca dejó de sonar, era constante el interrumpirle. En un momento, le apagó para esconderlo en un cajón y regresar a lo que le importaba: Zayn. Después de un par de horas, surgió una pregunta que le incómodo.

¿Qué somos, Liam? —de la nada.

¿Qué es lo que quieres que seamos, Zayn? —su rígida y gruesa mano acarició la cintura de este, el cual se estremeció al tacto para después guardar silencio. Tampoco sabía como responder a la interrogante que el mismo había planteado.

flores de papel - ziamUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum