Annie siempre ha sido una amiga cercana de los famosos merodeadores, nunca había tenido ningún tipo de amorío con alguien debido a que no le había tomado tanta importancia en su momento, sin embargo, todo cambia en cuarto año después de una pequeña...
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Annie se sentó en la mesa de Gryffindor, su expresión parecia estar llena de furia y dejó caer sus puños en esta haciendo que los cubiertos tintinearan llamando la atención de Sirius, James y Peter que la miraron asustados.
— ¿T-todo bien, Annie? — preguntó James.
— Necesito que uno de ustedes sea mi novio — soltó de la nada dejándolos sin habla y con expresiones sorprendidas.
No lo vieron venir en ningún momento.
— ¿Q-que...? — preguntó ahora Peter creyendo que había escuchado mal.
Annie, quien había tomado un vaso con jugo de calabaza para beberlo dejó caerlo una vez que terminó el contenido y exhaló un poco más calmada.
— Necesito que uno de ustedes sea mi novio — repitió y notó las expresiones de sus amigos totalmente desconcertadas — Falso, obviamente — aclaró y ellos se reincorporaron en sus lugares ahora más tranquilos.
— ¿Cómo por qué razón quieres un... novio falso? — Sirius alzó una ceja mirándola.
Annie volvió a tomar aire y se preparó para soltarles la verdad.
— Porque me gusta alguien... y quiero que se fije en mi — murmuró tímida.
Estaba avergonzada y ahora creía que era muy estúpido pedirles eso a sus amigos, todo por un tonto ataque de celos.
— Pero Nini, no necesitas llamar la atención de nadie, eres muy hermosa y tu personalidad es única, estoy seguro de que ese chico ya está babeando por ti — dijo James y los otros dos comenzaron a asentir en su dirección dándole la razón.
— Ja — río Annie sin gracia — Créanme que no lo está — suspiró triste y sus amigos se sintieron molestos por ver que un tonto chico era el causante de la tristeza de su amiga.
— ¿Nos dirás quien es el desgraciado que le robó el corazón a la hermosa y carismática Annie Wood para partirle la cara por hacerla sentir mal? — inquirió Sirius tronando sus nudillos.
Annie tragó saliva ruidosamente y se dio ánimos a ella misma para decirlo y esperar que no arruinara la amistad.
— ¿Y bien? — Peter se acomodó en su lugar esperando que dijera un nombre, los otros dos siguieron su acción observándola curiosos.
— Es Remus — susurró jugando con sus manos.
La cara de los chicos cambió drásticamente, parecía que habían visto un fantasma. James y Sirius habían tenido ese presentimiento después del comportamiento que tuvo hace unos días antes de la clase de Pociones, pero querían creer que no era verdad, así que desecharon esa idea en cuanto surgió en su cabeza porque sabían que se querían como hermanos.
