Harry intenta llamar mi atención enviándome pedazos de papel con caritas estúpidas, lo hace casi siempre, pero en esta ocasión terminan en el suelo o en el pelo de Stan. Simon dice que debemos ir a practicar en el escenario de la escuela y rápidamente todos se levantan, siguiéndolo, Stan choca mi hombro rudamente cuando pasa por mi lado y ruedo los ojos, porque si digo algo él va a responder y aumentaran las ganas de golpearlo.

Practicamos cuarenta minutos, la primera y la segunda escena sin cortes, incluso cuando Jennifer Steven se equivoca demasiadas veces y tenemos que fingir que realmente no importa, hasta que Simon se levanta y detiene todo con un aplauso que resuena en el escenario.

—Muy bien —dice, sonriente—. Eso estuvo bien, pero lamentablemente mi gata está por dar a luz y tengo que estar allí, lo hicieron estupendo, nos vemos mañana a la misma hora.

Si no fuera porque todos conocen a la gata de Simon cualquiera hubiera pensado que era una excusa barata, aunque ha estado hablando de ello por semanas.

Cojo mi botella de agua y le doy un gran sorbo, mientras los alumnos de apoco van dejando el gran salón. Ajusto mi mochila en mi hombro derecho y estoy por salir cuando Harry se acerca, y ni siquiera supe que seguía allí.

—Así que… –comienza, carraspeando su garganta otra vez—. Hoy es mi cumpleaños…

—Oh –exclamo, levantando la mirada para observarlo, está cerca ahora. Intento dar una de mis grandes sonrisas, las que me las sé de memoria—. Feliz cumpleaños, Harry. Ahora… si me permites tengo que irme… —mis pies ya se mueven pero él vuelve a aclarar su garganta, y no tengo otro remedio que volver a detenerme. Ruedo los ojos frente a él, pero no se inmuta, su sonrisa sigue ahí, brillante.

—Uh, hare una fiesta —dice, relamiéndose los labios, nervioso—. ¿Quieres venir?

Casi me estoy riendo, pero aprieto los labios y miro hacia un costado. Si Harry no fuera tan raro y torpe y si no aparentara estar feliz todo el tiempo, él me recordaría a Liam, ambos tienen esa ilusión casi inocente en sus ojos, ambos creen que todas las personas son buenas y no los van a decepcionar nunca, ambos están muy lejos de la realidad todavía. No me malinterpreten, Harry también hubiera podido ser de alguna manera mi amigo, si no usara esos tontos suéteres enormes de lana como si algo muy colorido hubiera vomito sobre él, y si se peinara y sus rizos no estuvieran por taparle completamente la visión, y si dejara de usar esos Converse, y si no fuera tan torpe y hablara más rápido. Pero, no es como si eso fuera algo realmente malo, después de todo, soy amigo de Liam y él piensa que se ve bien usando chaquetas de su papá, o su abuelo, como sea. Harry siempre está tan malditamente feliz que yo no podría soportar estar a su alrededor ni por veinte minutos, aunque es lindo, de alguna manera extraña sus ojos verdes son bastantes impactantes y su hoyuelo es un poco encantador, lo que trato de decir es que Harry tiene potencial pero no lo intenta, y vuelvo a preguntar ¿Por qué demonios siempre está feliz?, ni siquiera Liam lo intenta tanto.

—He invitado a muchas personas —intenta otra vez, al notar mi incomodo silencio—. Hannah traerá a todos sus amigos universitarios, y mis padres no van a estar así que… seria genial que estuvieras ¿quizás? Quiero decir, si quieres, puedes llevar a Liam y Zayn, ellos están totalmente invitados.

—Suena bien —digo, forzando una sonrisa, y ni siquiera tengo que describir cómo es que su cara se ilumina—. Pero tengo otros planes.

Por primera vez no estoy mintiendo. Tengo que ir a la casa de Nick porque él tiene algo importante que decirme, y si tengo suerte, mañana ya podré llamarlo novio y besarlo solo porque puedo y quiero. Sonrío ante el pensamiento.

—Otros planes —repite Harry, un segundo puedo ver como su sonrisa decae pero luego asiente, y vuelve a mostrar su tonto hoyuelo—. Okay, entonces —exclama, como si nada—. ¿Te veo mañana?

Down to the sea bed. / larry stylinson.Where stories live. Discover now