ESPECIAL 3 MILLONES: The burning [Parte 2]

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N/A: Alto contenido +18. Un capítulo que nos muestra sus vidas un año después de su matrimonio y el lado posesivo de Alexander. Si no te sientes cómodo con las relaciones anales, porque te da asquito o risa, yo qué sé, no lo leas. Es un capítulo gracioso y hot. ¡Disfruten!

(Leah)

—¿A quién estás buscando?

Dejé de pasear la mirada por el salón del lujoso hotel para centrarme en papá, que me escrutaba inquisitivo.

Sonreí y le acomodé la corbata. Me gustaba cuando usaba trajes, tenía un porte único para utilizarlos.

—Alex, ¿lo has visto?

Estrechó los ojos, curioso.

—¿No han venido juntos?

Negué. No había logrado coincidir con él los últimos tres días gracias a la organización del evento y sobraba decir que mucho menos habíamos hablado para aclarar la discusión nacida a raíz de Monroe. No había huido de casa, simplemente no había un espacio para discutirlo entre tantos asuntos.

Quizás era lo mejor, esperar a que la razón entrara en su cerebro y calmara su temperamento. Podría darse cuenta por sí mismo que no podría engañarlo o sentir cosas por nadie más.

—¿Pasó algo grave?—lucía abatido.

—No, estamos bien, fue una discusión nada más.

Su semblante se tensó.

—Si te hizo algo cariño, te juro que...

—No, no, está bien—lo tranquilicé colocando una mano en su hombro y sonreí.— ¿Has visto a mamá?

Negó con la cabeza.

—Debe estar con Damen.

—No lo he visto. ¿Ha venido solo?

Soltó una risita burlona.

—No, trajo compañía.

Enarqué una ceja, suspicaz.

—Así que el insecto ya está en esa edad.

Papá estaba por replicar algo más cuando Agnes me alcanzó tomándome del brazo.

—Leo—saludó con frialdad, quien le dedicó una mirada de menos de un segundo y se dirigió a mí.— ¿Estás lista para el discurso de agradecimiento?

—Casi lo olvido—hice una seña a mi padre para despedirme.

Tomé mi vestido aceitunado para no romperme la cara mientras caminaba al paso de Agnes, envuelta en un elegante vestido oscuro que resaltaba su piel clara.

—¿Has visto a Alex?—inquirí con el corazón compungido.

Solía hablar conmigo siempre antes de cualquier conferencia o evento en el que tuviese que pararme frente a un gran público y no podía desprenderme de la sensación de desconfianza que me llenaba por no poder llevar a cabo ese ritual.

Era tonto e infantil, pero siempre había funcionado para controlar los nervios y canalizar la energía excesiva que desprendían.

—No, pensé que estaría contigo.

Solté el aire decepcionada.

—No está.

Llegamos a la parte trasera del escenario montado para la actuación de los niños y Monroe sonrió ampliamente apenas me divisó, su saco un poco arrugado y la camisa con dos botones sin abrochar.

—Pensé que no te vería. Te ves increíble.

Miré el suelo, sin saber qué responder.

—¿Están los niños listos?

Irresistible Error. [+18] ✔(PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO)Där berättelser lever. Upptäck nu