NARCISOS

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—Tengo ganas de comer algo dulce o amargo, eso sí, con mucho picante. —Jeno se quejó mientras estaba sentado al lado de Mark.

Ambos habían pedido un taxi para ir a su edificio, ya que ese día Haechan se había llevado el auto a una convención de cosas de bebé. El taxista hacía como si no los oyera, pero estaba pensando en vomitar cada que oía la conversación.

—Yo tengo ganas de helado con chocolate y jalea de sandía. —Lee bajó la mirada, cuando tenía un antojo extraño sabía que era por culpa de su esposo, probablemente alguno de sus niños tendría ganas de comerlo. —¿Debería comprarlo para Haechan?

—¿Por qué no me compras a mí un helado de café y en vez de chocolate le ponemos salsa muy picosas —Jeno tenía hambre. —Necesito algo que pique.

—Dios, ¿por qué tú también tienes antojos? —preguntó Lee con el ceño fruncido. —¿También se contagian los embarazos?

Jeno pagó el taxi cuando llegaron al edificio y subieron por el elevador, Jeno no tenía ganas de ir a su casa, así que simplemente entró a la casa de Mark con emoción, como si fuera su propia casa.

—¿Qué es todo esto? —preguntó Jeno viendo todas las cosas que había en la sala.

Haechan acababa de llegar de dejar a Jaemin a su departamento y se había encargado de subir todas las cajas, biberones, pañaleras y artículos varios que había comprado, todo lo puso sobre una carriola de dos plazas de color azul marino y de diseños de delfines.

—¡Todo es tan bonito! —Mark se veía tan emocionado. —Los niños van a usar estos trajecitos en conjunto, ¡mira Jeno!, Hyuckie le compró trajes de marinerito a los niños, cuando nazcan les voy a tomas miles de fotos.

—¿Te gustan? —Haechan estaba sentado en el sillón, sus piernas estaban hinchadas de tanto caminar, simplemente estaba descansando.

—Haechan, esto de la mesa... ¿Me lo puedo comer? —preguntó Jeno.

Más que una pregunta fue un aviso, Jeno ya tenía en la boca una cuchara del helado asqueroso de café y salsa que Jaemin había olvidado en el carro.

—Oh, justamente veníamos hablando de eso en el taxi. —Mark se acercó a la mesa y vio que había helado de sandía y chocolate, era justo el antojo absurdo que había pedido hace unos minutos. —¿Cómo supiste que teníamos antojo de esto?

—Comparto lazo contigo, sabría que querrías comer lo mismo que yo por más ridículo que fuera, y es porque estamos embarazados. —Dijo el moreno con el ceño fruncido.

Haechan no podía despegar la vista de Jeno, tenía todavía la cuchara en la boca y disfrutaba como si la cosa que comiera fuera lo más delicioso del mundo, aunque sonara asqueroso.

—¿Entonces Jeno se embarazó con nosotros y por eso también sabes sus gustos? —preguntó Mark con un puchero. —Estoy celoso.

—Yo tampoco lo entiendo. —Haechan guardó silencio. —Jeno. —Dijo fríamente y Jeno lo miró con atención. —¿Alguna vez has vendido tu semen? —cuestionó siendo de lo más directo. —¿O te has acostado con alguien hace como tres meses sin protección?

Jeno y Mark casi se atragantan al oír la pregunta, Mark abrió los ojos muy grande y Jeno miró a Haechan con la ceja levantada.

—¿Por qué me preguntas eso? —cuestionó Jeno preocupado.

—Solo quiero saber sí o no. —Murmuró.

—No, no he vendido mi esperma. —Dijo con firmeza y sin una pizca de vergüenza. —Y no he tenido tiempo para tener sexo. —Dijo con cierto tono de molestia en la voz. —¿Por qué hace tres meses?

Flower Disease (Nomin)Where stories live. Discover now