DALIAS

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El lunes por la mañana Jeno había ido a trabajar como siempre, Lee Jeno era un importante empleado de una compañía de marketing en el centro de la ciudad. Tenía un proyecto pendiente en el que estuvo trabajando por dos meses.

El día de hoy lo presentarían. 

Lee estaba nervioso, pero no tanto como lo estaba Mark, ambos se habían esforzado durante días y noches para que todo saliera correctamente, confiaban en su conocimiento y en sus habilidades. Era imposible que no lo aprobaran la campaña, todo tenía que salir bien.

—¿Y sí no les gusta? —preguntó Mark, el mejor amigo de Jeno, mientras revisaba la presentación por milésima vez.

—Cállate, estamos a punto de ganar el ascenso que necesitamos. —Mencionó Jeno con una sonrisa.

Ambos necesitaban un puesto más arriba y empezar a ganar un salario más cómodo, Jeno había decidido que compraría el auto del año, una vez que tuviera el dinero. También se pagaría un viaje e iría a muchos conciertos. Era el plan perfecto para un soltero como él.

¿Pero no todo podría salir bien o sí?

Jeno sentía los nervios a flor de piel, quizá le había caído mal el café que se había tomado esa mañana o quizá Mark le había contagiado su pesimismo, así que simplemente tocó su estómago. Le dolía.

—Voy al baño. Vuelvo antes de que entremos. —respondió.

Mark sonrió. Claro que lo haría, Mark no podía presentar solo ante la compañía y sus clientes.

Ellos dos habían sido amigos de toda la vida, ambos crecieron juntos, cuando eran pequeños iban a la misma escuela, eran la mejor amistad que se podía conocer. Eran inseparables, los mejores amigos alfas, las personas creían que incluso estaban destinados. Pero eso empezó a cambiar cuando Jeno creció, él no se podía enamorar y jugaba con el corazón de omegas y betas. Y también cambió cuando Mark conoció a su omega destinado: Lee Donghyuck, o como todos lo conocían, Haechan.

Pese a ser los mejores amigos se distanciaron un poco, pero aún así, mantenían una amistad demasiado fuerte, casi para ser llamados "hermanos", incluso compartían apellido, quizá no compartían sangre, pero sabían que el otro era su familia y le confiarían su vida sin dudarlo.

Pese a ser los mejores amigos se distanciaron un poco, pero aún así, mantenían una amistad demasiado fuerte, casi para ser llamados "hermanos", incluso compartían apellido, quizá no compartían sangre, pero sabían que el otro era su familia y le co...

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Mark notó que algo estaba mal cuando revisó su reloj y grabó la presentación de su laptop a una USB. Habían pasado veinte minutos y Jeno todavía no regresaba de hacer sus necesidades, Mark se preocupó y fue al baño a buscarlo.

Los azulejos blancos y el olor a cloro lo mareaban, no había nadie, hasta que escuchó un leve quejido proveniente de uno de los cubículos. Cuando Mark tocó la puerta, ésta se abrió.

La escena fue desalentadora, Jeno estaba tirado en el suelo mientras un rastro de saliva, sangre y pétalos de flores escurría de su boca. El escusado estaba lleno de un vomito extraño, era rosa claro; si no fueran flores, baba y sangre, podría haber sido más asqueroso. Pero la preocupación de Mark fue mayor, veía esa enfermedad en los libros de texto de las escuelas, pero jamás la había visto en una persona real.

Flower Disease (Nomin)Where stories live. Discover now