cardigan⁶

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— ¿Dónde está Beomgyu?

Yeonjun habló cuando entró a la iglesia donde se celebraría la boda, toda su familia estaba ahí reunida, su papá estaba con una pequeña sonrisa mientras conversaba con su tío Taeyong, suponía que sobre los preparativos de la ceremonia, porque era algo que le encantaba planear. Todos estaban felices de que se vaya a realizar la boda, toda su familia estaba esperando este gran paso en la historia de su vida, porque era el deber que le correspondía como miembro de aquella familia, como lo habían hecho sus ancestros, como lo tenía que hacer hoy. Todos estaban felices, menos su hermano menor y su pareja.

— Yeonjun, puedes detener este circo. —Soobin se acercó a él para susurrarle.— Lo estás lastimando.

— ¿Dónde está mi prometido, Soobin?

— Ha estado sentado ahí desde que llegamos. —Soobin señaló al chico que le miraba como si aguantara muchas cosas.— Sabe lo de Yuna.

Yeonjun miró a su hermano con el ceño fruncido.— ¿Se lo dijiste tú?

— Claro que no. —Soobin le dijo con tono molesto.— Vio tu maldito regalo.

— ¿El regalo a Yuna?

— Yeonjun, te lo estoy diciendo. —Soobin negó con su cabeza.— Detén este circo, el único lastimado va a ser Beomgyu.

Yeonjun ignoró a su hermano, quien solo atino a tomar su brazo intentando detenerlo, de forma brusca el mayo se soltó para acercarse a Beomgyu que al verle simplemente se quedó sentado mientras jugaba con sus manos. Parecía perdido, dolido, como un pequeño niño que no sabía nada de lo que pasaba, pero a la vez era como si supiera todo. Era diferente al Beomgyu que había dejado hace unas semanas en aquel cuarto del castillo, este Beomgyu parecía roto. ¿Dónde estaba esa sonrisa tímida que siempre le veía cuando aparecía?

— ¿Por qué no cancelamos la boda?

— ¿Qué?

— No te gusto nada, Yeonjun.

— Beomgyu. —Yeonjun observó a su tío Taeyong junto a su primo mirar donde estaban, así que caminó un poco para que no le escucharan. Beomgyu le siguió el paso algo decaído, se notaba que Yeonjun solo deseaba ocultar apariencias..— Eso es mentira.

— Me dijiste que volvías ayer. —Beomgyu dijo en un tono bajo, dolido, mientras le miraba a los ojos.— Fuiste donde ella. Fuiste a su maldito reino a estar con ella. Ella tampoco fue muy sutil en la cena que me obligaste a ir.

— Sí, ayer me despedí de ella y todo eso que teníamos. —Yeonjun murmuró.— Le deje un regalo…

— El regalo, ese maldito regalo. —Beomgyu interrumpió al contrario.— No me hagas recordar tu amor para siempre a Syushin.

— Solo era un presente. —Yeonjun sacó algo de su chaqueta.— Además fui por esto. Es el emblema del príncipe y quiero que ahora lo tengas tú. Para el príncipe consorte.

Yeonjun le entregó una cajita a Beomgyu, que al abrirla había un anillo con el emblema del reino, de la casa real de Runaway. El menor cerró la caja y se la entregó otra vez en las manos, no quería tener aquello, aquello que al ponérselo realmente no significaba nada, porque realmente no era la persona que Yeonjun amaba, debería haberse casado con esa chica si tanto la amaba, luchar por su amor y no hacerlo sentir como si fuera la segunda en su vida, como si estuviera interrumpiendo en el verdadero amor. Como si fuera un tonto y feo cardigan viejo que fue ocultado debajo de la cama de alguien.

Yeonjun no había sido sincero. Y eso estaba lastimando a Beomgyu lentamente. Había sentido que el mayor había dibujado estrellas en sus cicatrices, pero ahora, esas mismas solo sangraban. Sangraban, porque había aceptado un matrimonio sin amor. Sangraban, porque todo el mundo esperaba esta boda. Sangraban, porque no podía contarle a nadie sobre esto. Sangraban, porque no se estaba sintiendo feliz consigo mismo. Sangraban, porque gracias a esta unión reconoció que le estaba dejando más problemas que soluciones.

wrong direction ੈ♡‧₊˚ › yeongyuWhere stories live. Discover now