❬ ⸙: ✰❛ en la realeza se esconden demasiados secretos, beomgyu comenzó a comprender aquello cuando se caso con el príncipe.
👑; au ;; realeza.
👑; mención: sookai.
👑; no copias y/o adaptaciones.
Yeonjun no pensó en volver a tocar las puertas del cuarto de Yuna otra vez, no cuando realmente quería olvidar cada una de las cosas que lo conectaban a la chica dueña del cuarto, recordaba cada una de las cosas que había en esta habitación, en su mayoría había sido parte de sus regalos, bolsos, zapatos, vestidos que realmente podrían alimentar a una familia completa con su precio. Dios, que idiota había sido por una cara bonita como lo era Yuna. La dueña del cuarto estaba sentada en su cama mirando a Yeonjun y luego señalando las cajas que estaba a sus pies de la cama, suponía que eran los libros que ella deseaba publicar, cuando se dio cuenta que Yeonjun había entendido lo que había en la caja sonrió con diversión para indicar un espacio en su cama para que se acomodará.
— Siéntate aquí, Yeonjun.
Yeonjun negó y frunció su ceño.
— Solo vengo a decirte algunas cosas. No tengo tiempo para tus juegos. —Yeonjun dijo molesto.— Yuna, ¿puedes dejarme en paz?
— ¿Dejarte en paz? —la chica tocó su corazón.— Arruinaste mi oportunidad de ser reina.
— Claro que no la arruine.
— ¡Debiste hacer algo aquella vez en la prueba!
— No la pasaste, ese fue tu error. —exclamó Yeonjun.— Mi familia tiene su opinión, está en total libertad de expresarse como quiera.
— ¡Yo debería ser la próxima reina!
— Oh no, claro que no Yuna. —la chica observó a su madre desde la puerta mirarle con el ceño fruncido.— Tu no estas destinada a eso.
— ¡Quiero ser reina! Tener una corona, que me amen.
— Yuna, no quiero que ninguno de estos libros se publique o tendrás problemas en este reino y cualquier otro. —La mujer tomó la muñeca de su hija, para quitarle el regalo del príncipe, entregandosela en las manos al mismo.— Y tu, no quiero que vuelvas a aparecerte en esta casa o en cualquier lugar de mi reino. Se que mi hija no te ama, pero sus ideas locas sobre poder, vienen de lo que tu significas.
Yeonjun asintió algo sorprendido.— No tengo intenciones de volver.
— Más te vale. —dijo la mujer con el ceño fruncido.— ¡Sirvientes!
Varias personas aparecieron por la puerta.
— Se van a llevar esas cajas y quemar todos esos documentos. —miró a su hija.— ¿Son las únicas que existen?
— Sí.
La mujer le miró con el ceño fruncido, usando aquel tono de advertencia añadió:— Shin Yuna, no es un juego.
— Sí, mamá.
— Bien, más te vale. —dijo la mujer mirando a su hija.— ¿Qué haces todavía aquí? Te dije que no deseo que estés aquí.
Yeonjun asintió mirando a la mujer seguir regañando a su hija, dio un suspiro de alivio, porqué al menos no tendría problemas en que saliera aquella extraña relación que se arrepiente haber seguido. Observó en sus manos aquella pulsera, no había significado ya en ella, no amaba a Yuna y ella nunca lo amó, mientras buscaba el amor en otra parte, olvidó a su pequeño esposo que sí lo amaba.
Tenía que ahora ir y arreglar otra vez sus problemas.
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