Todo era tan solitario.

Tan calculado.

Se levantó de su cama, para caminar hacia la cocina a pasos silenciosos, aunque sospechaba por lo grande que era el castillo, nadie lo escucharía. Abrió el frigorífico, observando aquellos ricos pastelitos que siempre pedía para comer de postre en el almuerzo o en el desayuno, tomó uno de ellos para llevarlo a su boca. Deleitándose por el sabor tan dulce que tenía.

Amaba los pastelitos.

Más si eran nocturnos.

Cuando nadie lo veía comer.

Aún si luego tenía que ir al baño por culpa de ellos.

Aún si luego tenía que vomitarlos todos para no sentirse agobiado.

Beomgyu abrió la carta que estaba encima de su cama, había sido separada de las otras con tanto cuidado que debía ser realmente importante, un gran memorándum de algo que podía perderse: “ALMORCEMOS PRONTO

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Beomgyu abrió la carta que estaba encima de su cama, había sido separada de las otras con tanto cuidado que debía ser realmente importante, un gran memorándum de algo que podía perderse: “ALMORCEMOS PRONTO. SHIN YUNA.” Simple, con una linda letra, redonda y cautivadora que haría cualquier chica hermosa.

Al otro día fue a almorzar con ella. Quería verla en persona, deseaba conocer a aquella que el príncipe le tenía tanta estima y de quien por boca de los sirvientes era una antigua amante que se mantuvo cerca del príncipe hasta unas semanas antes de que se comprometieran. Se iban a encontrar en un importante restaurante, algo como “Ménage a Trois” o algo así, realmente no estaba interesado en saberlo del todo. Cuando entro, ella ya estaba sentada, despampanante, vestia un hermoso vestido negro que resaltaba su figura delgada y esbelta. Era hermosa y delgada.

Nada comparado a él, quien estaba con un conjunto de polera blanca, leggins y una chaqueta de mezclilla. Todo intentando cubrir sus imperfecciones.

— Gracias por aceptar mi invitación en tan poco tiempo. —Beomgyu hablo.

— Oh no te preocupes es lo menos que podía hacer. —Yuna sonrió levemente.— Cuando el príncipe me dijo que se iría seis semanas sin ti… ¿Puedo? —la chica señalo la mano de Beomgyu para ver el anillo.— ¡Dios es precioso! Pero sobre lo otro, le dije “Eso está mal”

Beomgyu le sonrió algo incómodo.

— “Tu pobre y joven prometido, tan hermoso él, solo en casa… con todas esas habitaciones”

— Me quede en el palacio. —Beomgyu interrumpio.

— Lo sé.

— No en mi casa. —Beomgyu sonrió levemente.

— Así es como el príncipe de Runaway le dice al palacio de Magic Island.

— Gracias por el dato.

— Ven, vamos a sentarnos. —Yuna llevó al contrario a la mesa que había reservado para ambos.— En este lugar no hay plato principal, solo hay entradas y postres. Que no te de culpa pedir postre, no comerás mucho más. Toda la prensa dice que eres muy adicto a las cosas dulces.

wrong direction ੈ♡‧₊˚ › yeongyuWhere stories live. Discover now