— ¿Y qué pasa si alguien está enamorado de una persona que no pasa la prueba?

Beomgyu observó el rostro del mayor caer en una mueca, quizás conocía a alguien en su familia que fuera muy cercano a él, que le pasó eso. Ya que nadie conocía un romance del mayor de los príncipes, el futuro rey o ya hubiera sido comidilla en cada una de las portadas de los diarios, entre los nobles o las mismas personas del pueblo. Por eso muchas personas codiciaban su nuevo puesto como el mejor amigo del futuro prometido del segundo príncipe, era una conexión más para poder conocer al príncipe heredero, muchas de sus compañeras profesoras envidiaban su puesto y el de su hermano.

— Se debe olvidar de esos sentimientos. —Yeonjun habló rompiendo el silencio que se había formado.— Buscar a alguien más. No pueden casarse, tienen que seguir sus vidas por separado.

— Suena muy triste. —Beomgyu soltó.— Mi padre cree que cada persona está destinada a alguien, así conoció a mi papá. Aunque no tuvo que pasar por una prueba de fin de semana familiar, pero si al escrutinio de mi familia. Son bastante chismosos cuando se lo proponen.

Ambos fueron interrumpidos por el sirviente que había traído los pastelitos con un jarrón de jugo, Beomgyu sonrió emocionado al ver aquellos dulces y agradeció al hombre por haberlos traído al igual que Yeonjun. Los ojos del menor brillaban ante cosas tan simples como un dulce y su sonrisa era sincera. Yeonjun pensaba que aquello le hacía ser bastante atractivo, Yuna no tenía esto. Ella solo tenía este tipo de ojos felices cuando aparecía un nuevo bolso en su colección, un vestido de diseñador o unos nuevos pares de tacones que combinen con su guardarropa. Ella nunca se pondría lo que Beomgyu estaba usando, una simple camiseta y una jardinera, lo encontraría inaceptable.

Burdo.

No era nada que estuviera a la moda actualmente, pero en él, parecía que siempre estuvo destinado a ser así.

— Cuéntame de ti, Beomgyu. —Yeonjun miro al chico con curiosidad, quizás le serviría para usarlo de tapadera.— ¿Qué haces? ¿Algún pasatiempo?

— Soy ayudante en una escuela que queda cerca de donde vivo junto a Kai y mi hermano mayor. Me gustan mucho los niños. —Beomgyu tomó uno de los pastelitos entre sus manos.— Me gusta leer, el teatro, pero amo mucho el baile. Siento que es mi forma de expresarme.

Yuna no le gustaban los niños, los encontraba insoportables desde que su hermana mayor Jihyo tuvo uno con su esposo Daniel, le gustaba leer, pero revistas de moda, no le gustaba el teatro lo encontraba aburrido, prefería ver una película y en vez de bailar, prefería el canto, eso realmente se le daba muy bien.

— Y ¿Algún romance?

— Realmente no tengo a nadie. —Beomgyu llevó a su boca el pastelito.

Yeonjun sirvió el jugo en dos vasos, para luego tomar uno de los pastelitos entre sus manos bastante sorprendido. Quizás no dudaba de la palabra del chico, pero la simpleza y su natural belleza debería haber cautivado a más de alguna persona, chico o chica, la persona delante suyo puede tener en su mano a varios con solo sonreír, sus padres debieron esconderse mucho tiempo para que una belleza como él no tenga tantas propuestas de matrimonio que llenen su casa, si lo recordaba un poco, el hermano mayor del chico también era muy lindo, pero su carácter era más fuerte, temía por la persona que se convertiría en su amante.

Porque él no había podido serlo.

Chocaban demasiado como para ser una pareja estable, aun si el chico haya pasado la prueba del fin de semana de su familia.

— Digamos que esto ha sido lo más cercano a una cita.

— Lo dudo, alguien debe haberte invitado a alguna parte.

— Mi papá suele ser mi chaperón en las pocas fiestas que he asistido. Hace poco cumplí la edad suficiente. —Beomgyu soltó aquello con una pequeña risa.— Cuando nos vimos, escapé cuando mi papá estaba hablando con su amigo para ir a la mesa de aperitivos por los pastelitos. Necesitaba aislarme de seguir escuchando como su hijo no se comportaba o cosas así.

— ¿Y ahora que estás solo conmigo?

— Bueno, tu me ves como un amigo, el mejor amigo del prometido de tu hermano menor o simplemente un extraño que ama los pastelitos. —el menor tomó otro pastelito.— No creo que veas esto como una cita.

— ¿Y si te invitara a una? —Yeonjun interrumpió al menor.— ¿Irías conmigo a una cita?

Yeonjun vio al chico casi ahogarse con el pastelito en la boca, sus ojos se abrieron, limpiando sus labios con la manga de su ropa como lo había hecho la primera vez que se conocieron, centrando su mirada curiosa en el mayor. Sus ojitos marrones parecían brillar ante la idea, así que Yeonjun sabía que el chico no dudaría en aceptar.

Era tan inocente que dolía.

Por otro lado, Beomgyu estaba que realmente no se lo creía ¿Acaso estaba soñando? ¿Realmente el príncipe heredero le estaba pidiendo una cita a él? ¿Cómo el chico más deseado de todo el reino -quizás de todos los reinos vecinos.- le estaba pidiendo una cita a él? Un chico que era realmente una persona normal, un chico que dedicaba sus fines de semanas leyendo un libro o quedándose en casa de su familia, no había nada llamativo en él aparte de su nueva conexión con la familia real.

¿Estaba hablando realmente el príncipe diciendo la verdad? ¿O es una broma de mal gusto?

— ¿Hablas enserio?

— Habló muy enserio.

Beomgyu iba a responder, pero unas voces interrumpieron el salón. La voz emocionada de su mejor amigo que le llamaba por su nombre, le hizo abrir sus brazos cuando el chico saltó a los suyos hablando de forma rápida y emocionada. Tal parecía que todo aquello de la pedida de mano había ido bien.

Yeonjun estaba un poco feliz por su hermano menor, después de todo su hermano se lo merecía.

— ¡Estamos comprometidos! —Kai dijo con emoción mostrando a su mejor amigo el anillo que ahora estaba en su mano.— Soobin y yo, vamos a casarnos.

Soobin observó a su hermano, mirar a Beomgyu como si fuera la clave de todos sus problemas. Algo que no le agrada nada, porqué conocía a su hermano y por mucho que a él le molestara, era igual a sus abuelos que ya no estaban, personas que les gustaba aparentar todo lo que podían aparentar. Buscar de algún modo sólo su propio beneficio a costa de lastimar a las personas, no por nada todo el reino amaba a sus padres quienes habían reemplazó a aquellas personas.

— Yeonjun. —Soobin se acercó a su hermano para hablarle a susurros.— ¿Qué hacías con Beomgyu?

— Oye, Beomgyu. —Yeonjun se acercó al nombrado ignorando a su hermano, tomando la mano del mencionado y besándola.— No olvides nuestra cita, te llamaré mañana para ver los detalles. Es el mismo número de casa que el de Kai, ¿Cierto?

— Está bien. Y si, si lo es. —Beomgyu soltó avergonzado, sintió la mano de Kai en su brazo, preguntando en silencio qué significaba eso.

Yeonjun abandonó la habitación, dejando a un avergonzado Beomgyu, un extrañado Kai y un molesto, Soobin, que tenía una mente solo una cosa, intentar evitar que su hermano lastimara a Beomgyu.

Beomgyu era todo lo que un noble hombre o mujer buscaría, joven, inteligente, soñador, inexperto y lo más importante en todos estos factores, ingenuo. Un chico que recién se estaba entrenando a un frío mundo de las apariencias en las que estaban obligados a vivir. Soobin estaba seguro, que Yeonjun veía a ese pequeño como una solución, aún si tenía que pasar por su corazón.

wrong direction ੈ♡‧₊˚ › yeongyuWhere stories live. Discover now