〔22〕

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Luego de un largo recorrido desde el hospital hasta la casa con música de por medio, finalmente llegaron.

— Quiero que te vayas a bañar, ¿sí? —Miyoung asintió y caminó detrás de ella, pero está se detuvo.

— ¿Que pasa?

— ¿Y esa bicicleta?

¿Bicicleta?

Frunció el ceño la del cabello negro atada en una cola alta. Dio dos pasos hacia la izquierda y vio esa bicicleta.

— Ah... —¿debía decirle o mantenerse callada?

— ¿"Ah" que, Miyoung? —se volteó su madre viendo a su hija. Realmente solo se parece en ella en estatura y en nada más, porque sacó más a su padre.

— ¡Perdóname, mamá! Pero es que necesitaba los apuntes y Felix se ofreció a verme, pero sabía que no querías verlo así que le dije a Jeno durante el camino... —explicó rápido cerrando los ojos.

— ¿Jeno?

— Al chico que ayudaba...

— Oh, si, si —asintió ella.

— Pues es él —y espera que lo sea.

— Con más razón: entremos —tomó el brazo de su hija y de un jalón se la llevó hasta la puerta. Soltó a la menor y sacó sus llaves para insertarlas ahí y abrir la puerta—. Hola familia, hemos llegado.

Familia. Y eso incluye a Jeno...

Que vergüenza.

Dejó sus llaves en el perchero y cambió sus zapatos. Miyoung, hizo lo mismo.

— Hola, cariño —saludo Hongseok con sonrisa—. Mira, él es Jeno —señaló al muchacho quien dejó un vaso casi vacío en la mesa del medio y se levantó.

— Hola, señora Shin, soy Lee Jeno —se inclinó y ella sonrió.

No te avergüences y simplemente ve yéndote hasta la escalera para que vayas a bañarte. Vamos, no te quedes ahí.

— El héroe de mi hija —soltó su madre—. Muchísimas gracias por ayudar a Mimi, en serio.

Hongseok se levantó y ahí mismo, la chica aprovechó su pequeña escapatoria para largarse a bañar: — Si, es verdad. Muchas gracias.

— No es nada, Miyoung me ha ayudado y yo también debo de volverle el favor.

— ¿Y como te podemos devolver la ayuda?

— ¡Yo sé! Puedo hacerles un pastel a sus padres o a ti como agradecimiento —exclamó su madre.

Jeno parpadeó varias veces: — Es imposible de creer, pero a mis no les gusta los postres... —soltó el menor y ahora ambos Shin parpadearon—. Sí, imposible de creer, pero es cierto.

— Y... ¿a ti te gusta? ¡Dime que sí, muchacho!

— Si me gusta. Pero... no me gustaría que lo hiciera ahora. Acaba de llegar...

— No hay ningún problema conmigo para eso. Iré a bañarme y sigue hablando con mi esposo —se acercó a Jeno y le palmeó levemente el hombro para ella retirarse.

— Me disculpo ante el nombre de mi esposa y sus... ocurrencias.

— Está bien, no se preocupe, señor Shin.

— Está bien, no se preocupe, señor Shin

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𝗕𝗔𝗗 𝗥𝗘𝗣𝗨𝗧𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡 ♒︎ 𝗟.𝗝.𝗡.Where stories live. Discover now