𝒞25

1.4K 157 1
                                    

𝕃𝕚𝕝𝕪

-¿Está todo bien? -pregunté con suavidad mientras daba vueltas junto a Agatha en la pista de baile.

-Ya está todo bien -respondió con una sonrisa.

-¿Antes no lo estaba? -inquirí con curiosidad, aunque mirando a mi derecha, intentando parecer desinteresada.

-Es complicado, Lils, pero yo creo que todo va a estar bien.

Ella me sonrió cuando por fin la miré a la cara, y no pude evitar parar de moverme para observarla hipnotizada, imitando su expresión. Por esos pocos segundos todo a nuestro alrededor paró, y la música se escuchaba como un suspiro lejano.

-¿Se pueden mover? -oímos a alguien gruñir.

-¡Por favor, Whitarson! -aulló molesta Agatha, separándose rápidamente.

Dorcas soltó una risita y arrastró a su pareja lejos nuestro.

(•••••)

-¿Agatha y tu van en serio? -preguntó Alice mientras se sentaba con Marlene, Dorcas y conmigo, obviamente hablando de algo rápidamente para que no comentemos quien era su pareja: Frank Longbottom...

-Un poco temprano para decir eso, ¿no te parece? -dije con mis ojos muy abiertos, sin ver un sentido en la pregunta considerando que era nuestra segunda cita.

-No es justo que definas su relación en las citas -Mar negó con la cabeza mientras continuaba-. Agatha ha estado enamorada desde cuarto, ya van años de esto.

Por unos segundos no respondí y me limité a observar a todos los presentes ese día.

En el costado más alejado del salón me encontré con los largos bucles negros y el cabello casi blanco tan distintivo de dos hermanas.
Fruncí el ceño cuando el recuerdo de esa noche en la que patrullé sola aparecieron en mi cabeza, escuchando todas las palabras de Bellatrix y Narcisa claramente.

Desvíe rápidamente la mirada y la pose en mi regazo, súbitamente sintiendo vergüenza, ¿qué estaba haciendo?

Tragué con fuerza antes de lograr sacar palabras de mi boca.

-Tal vez debería... Tal vez debería cortar las cosas con Agatha.

Decir que mis amigas estaban confundidas era un malentendido, y todas empezaron a formular preguntas encima de la otra.

-¿Estás hablando enserio? -preguntó Dorcas acercándose a mí.

-Miren, yo quiero a Agatha -empecé con suavidad-, pero no puedo empezar una relación con ella, no ahora.

-¿Entonces cuándo? -inquirió Alice- ¿Hay alguna vez un momento apropiado?

-No es eso -negué, sorprendida de que no entiendan-. Este momento, en la guerra.

Todas se quedaron calladas con eso, seguramente entendiendo a dónde iba la conversación.

-Tengo que parar antes de que hayan sentimientos, antes de que sea más difícil -movía las manos al compás de mi voz, intentando remarcar mi punto-. No la voy a poner en riesgo por un noviazgo que probablemente terminaría luego de unos años, ella está a salvo, ¡es sangre pura!

Marlene me sonrió casi con pena, su cabeza hacia el costado.

-Ya hay sentimientos, si querías cortar todo antes de eso llegaste bastante tarde.

Abrí la boca para replicar, pero Dorcas saltó a comentar antes de que yo pudiera.

-Ella es una chica grande, ¿sabes? -dijo la rubia, pareciendo molesta-, puede tomar sus propias decisiones, si quiere estar contigo dejala.

-Solo... Hablá con ella -ordenó Alice-, no saltes a conclusiones, ¿de acuerdo?

Las miré a las tres a los ojos y, al no ver otra cosa más que seriedad, decidí que lo más sensato sería seguir su consejo.

Me levanté de la mesa con cierta dificultad gracias a la longitud de mi vestido, pero logré encontrar a la azabache rápidamente entre la multitud. Frente a ella estaba Sirius, quien entre sus palabras le dedicaba a Marlene miradas de reojo.

Esperando no cortar nada importante, le toqué el hombro a Agatha, para luego decir.

-¿Me acompañás afuera un segundo?

La muchacha asintió y, luego de tomarme de la mano, me guío hasta el jardín, ensimismada con el cielo.

-¿Tu quieres una relación conmigo? -solté rápidamente.

-Pensé que eso estaba bastante claro - comentó risueña-, luego de tantos años de invitarte a salir a los gritos supuse que habías captado la idea.

-Te aseguro que lo hice -dije con una sonrisa-. Pero, lo que quiero decir, ¿a ti no te importa que yo te ponga en peligro? -Agatha giró su cabeza en mi dirección y alzó las cejas confundida-. Con mi estatus de sangre.

La chica cerró los ojos y suspiró, para luego apoyar sus manos en mis hombros y mirarme con intensidad.

-No me importa qué esté pasando, yo te quiero a ti.

-Pero...

-Lily -me cortó-.Tu valés el riesgo.

Agatha sonrió, y rodeó mis hombros con un brazo, dirigiendo su mirada de nuevo hacía el cielo estrellado.

-¿Sabes qué olería en la Amortentia?-inquirió la chica.

-¿Qué?

-A ti.

Me quede quieta en el lugar, atónita al oír la respuesta, incapaz de moverme.

De repente escuchamos una explosión, y al darnos vuelta encontramos a Sirius tirando fuegos artificiales cerca nuestra del otro lado del Lago Negro, seguido de un grito, más bien aullido, de McGonagall.

-Feliz Navidad, Evans.

Sonreí al escuchar mi apellido y apoyé mi cabeza en su hombro, sin preocuparme por el bullicio que escuchaba a lo lejos.

-Feliz Navidad, Potter...

-

-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐸𝑙 𝐴𝑚𝑜𝑢𝑟 𝐷𝑒 𝑀𝑒 𝑉𝑖𝑒 - Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora