𝒞16

1.6K 201 14
                                    

Aɢᴀᴛʜᴀ

-Y entonces Mar se cayó en el barro, ¡Imagínate la cara de Dorcas que le había prestado las botas!

Lily y yo estallamos en carcajadas, y no paramos de reír hasta que nos dolieron las costillas.

Estábamos sentadas en las Tres Escobas, salpicando toda la cerveza de manteca de tanto movernos gracias a la risa.

Hablar con Lily se había vuelto algo completamente natural y tranquilo, la incomodidad no existía, como si fuéramos amigas de toda la vida.

Realmente eso es lo que más me gustaba de esa pelirroja, tal vez estábamos buscando algo más que amistad, pero igual era como mi mejor amiga.

-Se parece mucho a Sirius Mar, ¿sabes? -comenté hipando, sin poder parar completamente.

-¡Yo siempre pensé eso! -exclamó emocionada- Siento que harían una linda pareja.

-Definitivamente -asentí mientras le daba un sorbo a mi bebida-. ¿Tienes hambre?

-No, la... -la muchacha fue cortada por su propio estómago, cuando rugió aullando por alimento.

Las mejillas de Lily se tiñeron del color de su cabello, y yo solté una risita.

Tomé su mano y, dejando seis sickles en la mesa, la guíe fuera de la taberna.
Pude notar que todos los presentes durante nuestra estadía, estuvieron escuchándonos y susurrando acerca de nosotras, pero preferí no prestarle atención a esas cosas.

-¿Te parece Honeydukes? -inquirí mirando la colorida tienda.

-Bueno, hace mucho no voy.

Entramos rápidamente y no pude evitar notar como casi no había nadie ese día, lo cual era raro. Supongo que teníamos suerte.

Comenzamos a recolectar dulces y chocolates, casi observando la comida con admiración.

Yo era delgada y todo lo que digas, pero realmente podía comer más que Sirius y Remus juntos.

-¿Hambre? -preguntó Lily sorprendida al ver el cargamento en mis brazos, mirándome con las cejas alzadas.

-Te sorprenderías -reí dejando la pila de golosinas en el mostrador.

La pelirroja dejó sus caramelos junto a los míos, y comenzó a sacar monedas, pero la paré.

-Hoy invito yo.

-Realmente no es necesario...

-Ya sé que no es necesario, pero quiero hacerlo.

La muchacha me dedico una tímida sonrisa y asintió levemente.

-Siete Sickles y tres Knuts -dijo la chica que nos iba a cobrar, quien reía por alguna razón-. Ten cuidado que no se te escape esta, vale la pena.

La chica le guiñó un ojo a Lily, quien se debatía entre la diversión y la vergüenza.

Al salir de la tienda nos quedamos un segundo admirando la vista, Hogsmade siempre era hermoso, pero con la nieve se veía como esas casas de jengibre que hacen los muggles. La pelirroja no se había podido resistir y ya estaba devorando una rana de chocolate, su ceño se frunció en señal de concentración mientras leía la tarjeta que venía dentro del paquete.

-Nunca le había prestado atención a éstas -comentó en voz baja, y luego la subió, ya esperando que la escuche- Nicolas Flamel.

-¿Quién? -pregunté confundida.

-En la tarjeta de Dumbledore -explicó alzando su mirada a mis ojos-, Acá dice que trabajó con Nicolas Flamel, ¿sabes quién es?

Antes de que pudiera replicar Lily soltó un gruñido, quedando súbitamente parada en el lugar. Me di vuelta para ver que pasaba, y vi como la muchacha intentaba mover su pie y no podía.

Ya estábamos muy cerca, pero intenté agacharme a ayudarla a, supuse, destrabarla de la nieve, y me sorprendí al ver como yo tampoco podía mover mis pies.

Unos fuegos artificiales explotaron en frente nuestro, dibujando en grandes y rojas letras. «EL HECHIZO SE ROMPERÁ SOLO CON UN BESO»

Abrí mis ojos sorprendida ante la escena, pegada al lugar. Siguiendo el humo que habían dejado los explosivos divisé a un perro negro intentando esconderse detrás de un árbol, pero era demasiado grande.

Mis manos se volvieron puños al ver su cola moviéndose, dándome ojos de cachorrito.

Nuevamente letras aparecieron frente a nosotros, pero esta vez eran verdes. «¡FELIZ NAVIDAD!»

-¿Navidad? -repitió Lily atónita- Estamos a meses de...

Antes de que la pelirroja pudiera decir algo más rodeé su cintura con mis brazos, pero con diferentes intenciones a la última vez que lo había hecho.

Los ojos de la muchacha se abrieron mucho, pero no tardó mucho en reaccionar y apoyar sus manos en mi pecho. Me miraba expectante, por lo que supe que no me iba a rechazar.

Incliné mi cabeza para poder probar sus labios por primera vez, pensando en todas las veces que había querido hacer esto.

Y ella me correspondió.

Pude sentir como mi corazón dejó de latir por un segundo, pero, como para recuperar el tiempo perdido, golpeaba con fuerza y rapidez al sentir el chocolate en su boca.

Nuestros labios se movían en sincronía y nuestras lenguas se encontraban en una incansable guerra.

Los peleas en esos siete años, los insultos, las bromas, todos quedó olvidado luego de ese beso. Merlín, ni si quiera me acordaba de mi propio nombre.

-Amo el chocolate -Murmuró Lily cuando nos separamos, sin querer abrir los ojos todavía.

Una sonrisa se dibujó en mis labios, a mi también me gustaba el chocolate, era mi dulce preferido, pero solo si sus labios sabían a eso...

-

Toma, para que dejes de iorar awuewoniao

Toma, para que dejes de iorar awuewoniao

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝐸𝑙 𝐴𝑚𝑜𝑢𝑟 𝐷𝑒 𝑀𝑒 𝑉𝑖𝑒 - Lily EvansWhere stories live. Discover now