𝐶17

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𝕃𝕚𝕝𝕪

-¿Cómo te fue?

La pregunta (o más bien chillido) hizo que saltara, un poco asustada, pero sin poder borrar una sonrisa de mi cara.

-Supongo que eso es una buena señal -dijo burlona Marlene, tocándome la nariz.

Mis mejillas se tiñeron de rojo escarlata, y mis tres compañeras de cuarto comenzaron a reír.

-Fue lindo -murmuré por lo bajo, dejando mi cartera en una mesita.

-Aja, "lindo" podría utilizarse para describir la salida -comentó Dorcas-, aunque nunca habías estado tan feliz después de una cita.

-Yo creo que está relación va a durar mucho tiempo -añadió Alice.

-Lo dice la que pensaba que la cita nunca iba a pasar -"tosió" Marlene.

Rodé mis ojos y me tiré en mi cama boca abajo, evitando las miradas curiosas de mis amigas.

Acababa de ir en una cita con Agatha Potter, esa muchacha con la que tanto me había peleado, esa chica era la última persona quien yo me hubiera imaginado.

Aunque, para ser sinceros, las mejores cosas de la vida pasan cuando no son planeadas.

-Ey -dije levantándome súbitamente, dándome cuenta de algo-, ¿donde está Mary?

Las sonrisas se deslizaron de las caras de mis amigas, y de repente la atmósfera era tensa.

-¿Qué le pasó? -volví a preguntar asustada.

-McGonagall lo vino a buscarla, supuestamente con noticias importantes -respondió Alice, demostrando preocupación en su cara normalmente dulce.

Tragué con fuerza, y miré a las chicas, que la profesora venga nunca significaba nada bueno.

-No volvimos a oír de ella desde hace cuatro horas.

-¿Cuatro horas? -salté impresionada- Pero si fueran cuatro horas yo la habría visto, no estuve tanto tiempo con Agatha...

-Son las siete, Lils, salieron a las dos-repuso Dorcas.

-¿¡Qué!? -bramé sobresaltada- ¿Estuve tanto tiempo afuera?

-Dicen que el tiempo pasa rápido cuando te diviertes -dijo Marlene moviendo sus cejas, volviendo a su actitud burlona.

-¿Dónde está ahora Mary? -pregunté ignorando el comentario de mi mejor amiga, realmente amaba a esa mujer, pero era molesto que no supiera tomarse las cosas enserio.

-No sabemos -dijo Alice-, pero que no haya vuelto no indica nada bueno.

(•••••)

Las cuatro saltamos cuando, luego de horas de espera, la puerta de nuestro dormitorio se abrió.
Esperaba ver a Mary, pero cuando una mujer alta y con aspecto severo entró, espere lo peor.

-¿Qué está pasando? -inquirió Dorcas, sin molestarse en dejar que la profesora abra la boca.

McGonagall apretó los labios, como si no supiera que decir.

-La señorita McDonald ah tenido que oír unas terribles noticias esta tarde, no volverá...

-¿Pero qué pasó? -insistió Alice.

Minerva suspiró, dándose por vencida.

-Hoy nos llegó una lechuza del Ministerio, a las tres y media de la tarde encontraron a la señora McDonald... Ella, ella falleció.

La misma expresión de horror se pintó en nuestros rostros, sin palabras ante las terribles noticias.

-Mary pasará una estadía en su hogar, acompañando a su familia -continuó la profesora-. Pero realmente, por como está la situación fuera del castillo, no creo que vuelva.

Tras decir las últimas palabras, y mirarnos con preocupación, la mujer dio media vuelta y salió del cuarto.

Dorcas, Marlena, Alice y yo nos quedamos estáticas, sin saber que hacer.

Luego de siete años no se podía ir Mary, ¡simplemente no podía!

-¡Esto no puede estar pasando! -chilló Dorcas tapándose la cara.

-¡Esto es una mierda! -gritó Marlene desesperada- ¡Todo esto es una mierda!

-Mar, por favor, no perdamos la calma... -intentó consolarla Alice, aunque sin mucho éxito.

-TODO ES UNA MIERDA, ¡NO PUEDE ESTAR PASANDO ESTO! MÓNICA NO MERECÍA MORIR, NO PODÍA MORIR, ¡NO ES JUSTO!

Tal vez debería haber intentado parar los gritos desesperados de mi mejor amiga, pero realmente no pude.

Cada uno tiene una manera diferente de descargarse, y yo sabía que esta era su manera, no se la podía quitar.

Sentí las lágrimas acudir a mis ojos y no intenté pararlas, ya tenía muy claro que ellas eran la mejor opción.

Perdí la conciencia de todo lo que estaba pasando a mi alrededor, y me quede atrapada dentro de mi mente con un único pensamiento, todo se está derrumbando...

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𝐸𝑙 𝐴𝑚𝑜𝑢𝑟 𝐷𝑒 𝑀𝑒 𝑉𝑖𝑒 - Lily EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora